El presupuesto municipal de 2016 pone punto final a la etapa de recortes. «No queremos más austericidio», destacó ayer el alcalde, Joan Ribó, durante la presentación de los presupuestos municipales de 2016, que subirán hasta 753 millones de euros (836 incluyendo los organismos autónomos, entre ellos y por primera vez, el palacio de Congresos), esto es, 15,5 millones más que este año. La parte del león (535 millones de euros) irá destinada, según remachó el alcalde, a bienestar social y servicios a la ciudadanía, un concepto global en el que el tripartito incluye desde el servicio de limpieza y recogida de la basura y las prestaciones sociales básicas hasta la regeneración urbana, la seguridad y movilidad, la promoción de sectores económicos, la participación e innovación y la cultura y el deporte. El incremento del gasto en cultura se debe en gran medida a los cuatro millones de euros que se destinarán para sufragar las ayudas a los libros de texto.

Dentro de los 75 millones de euros de inversión previstos para el año próximo, contando las aportaciones al parque central (7 millones de euros) y al Consorcio Valencia 2007 (tres millones), destacan siete millones que se asignarán mediante un proceso participativo articulado a través de las juntas de distrito, dos millones para obras de saneamiento, un millón para actuaciones en el centro histórico, en las que se incluye el proyecto de remodelación de la plaza de la Reina, y otro para reforma de mercados, así como 3,7 millones para infraestructuras de movilidad, que el alcalde no precisó demasiado. También se asignan 841.000 euros para la rehabilitación de la antigua Aceitera de Marxalenes y otros 647.000 euros para la Harinera del Grao.

El nuevo gobierno del tripartito (Compromís, PSPV y Valencia en Comú) ha reducido el gasto en conceptos como alcaldía y propaganda con un recorte de 185.000 y 490.000 euros respectivamente, aproximadamente un 35% menos. Son las dos únicas áreas que se bajan, junto con la de Protección Ciudadana y Seguridad. El recorte más significativo se produce en esta área, al frente de la cual está la socialista Sandra Gómez, cuya dotación baja de 8,6 a 6 millones de euros, un 30% menos. El alcalde aclaró en este punto en que el recorte no se debe a posibles ajustes en la plantilla de policía o bomberos, sino a los menores ingresos previstos (2,8 millones de euros) en el servicio de la grúa municipal por la reducción del número de enganches.

El presupuesto en limpieza y recogida de la basura de la ciudad pasa de 56,5 a 59 millones, lo que supone un aumento del 3%. Una cantidad que, según admitió el alcalde, «no es para echar cohetes». El gobierno local ha potenciado en cambio otras áreas como la de transporte público cuyo presupuesto aumenta un 7,2%.

Rehabilitación, motor de empleo

También destaca la inyección del tripartito a las partidas de viviendas, que aumenta en más del tres mil por ciento, un porcentaje que en número reales supondrá pasar de que 41.800 euros a 1,2 millones de euros para vivienda. El nuevo gobierno local confía en que los incentivos del próximo año a la construcción de vivienda social y a la rehabilitación en barrios como el Cabanyal y el centro histórico sirvan para impulsar la economía y generar empleo.