Aunque el Ayuntamiento de Valencia ya ha anunciado que modificará el proyecto de reforma del parque Manuel Granero, en Russafa, aprobado por el PP en el último mandato, no dejan de surgir voces críticas contra el proyecto original, a la espera de conocer las modificaciones específicas. En este caso, el Jardí Botànic de la Universitat de València ha emitido un informe en el que alerta del riesgo de caída de ramas «e incluso de árboles» si se cambia el pavimento del parque.
La entidad explica que el proyecto, que incluye el cambio de superficies, supondrá la entrada de «maquinaria pesada, la excavación en 40-60 centímetros de profundidad, la retirada del pavimento actual y el apisonado u hormigonado» del terreno. Todo ello, indica el informe, «supondrá una agresión irreversible para las raíces de los árboles que son muy superficiales e incluso sobresalen de la arena morterenca actual». El ayuntamiento explicó, en una respuesta remitida a la Plataforma per Russafa, que el movimiento de tierras no afectará a las zonas que incluyen arbolado.
El Botànic también alerta de que se reduce «de forma notable» la superficie pisable del parque debido a la instalación de coberturas de «vinca, hiedra y madreselva de forma masiva y continua», lo que impedirá «el tránsito por gran parte del jardín». «Los espacios que actualmente son ocupados por niños y adultos serán eliminados», indica la entidad en el informe.
«No es recomendable»
Por estos motivos, desde el jardín consideran «no recomendable» la remodelación del jardín en los términos previstos en el proyecto. «El proyecto debería ser modificado para garantizar la supervivencia del arbolado actual evitando cualquier afección de la tierra y cualquier modificación de los niveles actuadas basada en el hormigonado de la superficie», explican.
El ayuntamiento ha decidido modificar ligeramente el proyecto, aprobado al final del último mandato del PP, dado que no puede anularlo por las indemnizaciones que habría que pagar a las empresas adjudicatarias.
