Los productores valencianos de chufa están en pleno proceso de recolección y la campaña presenta este año perspectivas inmejorables. El precio del kilo de chufa se ha incrementado casi un 30% en relación al del año pasado. El motivo, según explican los responsables de la DO chufa de Valencia, es el aumento de la demanda. A ello ha contribuido una nueva moda, la denominada «dieta paleo», basada en los alimentos que consumían los ancestros del hombre. Los defensores de esta dieta han elevado a la categoría de «superalimento» la chufa, un cultivo hasta ahora muy minoritario. De hecho, en Europa, la chufa solo se cultiva en la comarca de L´Horta Nord, la mayor parte en los municipios de Valencia y Alboraia.
L´Horta produce actualmente unos 5,3 millones de kilos de chufa seca, de los cuales un 90% están amparados por la Denominación de origen. El 80% de la producción se destina a la industria y el 20% restante a lo productores artesanos de horchata, la bebida del verano por excelencia en la Comunitat y en otras zonas como Cataluña, Murcia y Madrid.
De momento, la producción de chufa valenciana apenas se destina a exportación. De hecho las empresas españolas distribuidoras adquieren el producto en países como Níger, Malí o Burkina Faso, donde resulta mucho más barato.
Los «Tiger nuts»
La chufa se planta entre los meses de abril y mayo y se recolecta de noviembre a enero. El cultivo de la chufa genera para los productores valencianos un volumen de negocio de 5,6 millones de euros. Es un cultivo rentable, sin embargo, la producción limitada y la falta de relevo generacional lastra la comercialización a mayor escala de un producto que hasta ahora ha sido muy local. Frente a los productores africanos, los productores valencianos „apenas unas 500 familias„ creen que el futuro del sector pasa por la producción de chufa ecológica. La chufa „los «tiger nuts», como se la conoce fuera de España„ ha resurgido como alimento por su alto contenido en fibra, hierro, potasio y ácidos grasos omega-6. Fuera de España la chufa se consume como «snack» natural o en forma de harina para cocinar.
