La protectora de animales Modepran, que gestiona el centro de acogida de Benimàmet, denuncia que el 90 % de los perros que llegan a sus dependencias carece del chip identificativo obligatorio por ley. Para Amparo Requena, portavoz de Modepran, «es lamentable que después de 21 años con la normativa vigente sigamos así». El problema no es sólo que quienes no quieren hacerse cargo de un animal no se lo pongan para abandonarlo impunemente, sino que, muchas veces las mascotas se pierden y sus dueños nunca los encuentran precisamente porque no tienen chip.

«La Policía y el consistorio deberían hacer un mayor esfuerzo en controlar que los animales estén debidamente identificados», explica Requena. Según cuenta, es cierto que en el «cap i casal» estos controles, aunque escasos, sí que existen, pero el problema viene con las poblaciones de la periferia. «Es muy fácil que un animal que se pierde o es abandonado llegue hasta aquí desde las pedanías o pueblos vecinos como Mislata y es precisamente en la periferia donde más se tienen que reforzar unos controles que casi nunca se hacen», sentencia la portavoz. La Ley de Protección animal establece que tener un animal sin su chip es infracción grave con sanción entre 600 y mil euros.

Para poner freno a esta situación, desde la protectora exigen que pongan en marcha campañas de concienciación. Poner el chip a un animal tiene un coste que oscila entre los 40 y 60 euros aproximadamente pero Requena asegura que el coste económico no puede ser nunca la excusa para no cumplir con la ley. «Tener una mascota exige muchos costes y la gente no puede lanzarse a adoptar un animal sin aceptar que tendrá que invertir cierto dinero en ella, eso es lo que conduce después a tantos abandonos», lamenta la portavoz.

Modepran acoge actualmente a 370 perros y su capacidad máxima oficial es de 80. Ante esta situación, son constantes las denuncias por la saturación que padecen.