La Associació de Veïns i Veïnes de Campanar exigió ayer a la Conselleria de Sanitat el refuerzo y mejora del servicio de urgencias que se mantiene en el viejo hospital de la Fe mientras se decide el futuro de las instalaciones, que el anterior gobierno aprobó demoler.

«Desde el año 2011 estamos reclamando la solución a una situación que consideramos insostenible y en este sentido, mientras no se llegue a la solución definitiva, reclamamos de las administraciones correspondientes una mejora del servicio de urgencias existente en el Hospital de Campanar, para cubrir las necesidades de los casos agudos que puedan surgir, sin tener que ser trasladado a Malilla», reclamó la entidad vecinal en un comunicado.

Además exigió que se inicie una campaña informativa de los servicios de urgencias de otros hospitales próximos, como el Arnau de Vilanova, el Clínico o el Hospital General. «Esta información tendría que ser conocida por los vecinos mediante carteles informativos en centros de salud o consultorios y comunicada a las Asociaciones de Vecinos», reclaman.

Para los representantes vecinales es esencial también «una mejora de los transportes públicos entre la zona norte de Valencia y el Hospital de Malilla, integrando el autobús de Metrorbital en la red de la EMT y completando su recorrido por la ronda.

Mientras, sobre las informaciones que han surgido en los últimos días sobre el futuro del viejo complejo de La Fe, la Associació de veïns i veïnes de Campanar considera que es «prematuro» hablar de nuevos edificios «mientras no se disponga de un mapa sanitario, que hace años venimos reclamando a Consellería y que parece no llegar nunca». «La cuestión del Hospital es primero que nada una cuestión asistencial y por lo que se desprende de las declaraciones de la señora Consellera la hospitalización continuará estando a la otra punta de la ciudad. Pensamos que hay que hacer una redistribución de los recursos sanitarios con una planificación de futuro a escala metropolitana», exigen los vecinos del distrito.

Desde la asociación consideran que el informe que realizó el Colegio de Arquitectos, que concluyó que es necesaria la demolición de los actuales edificios, «es en realidad un dictamen sobre otros informes anteriores y responde a una pregunta, que a nuestro parecer no está correctamente formulada», explican. «No se trata de rehabilitar el 100 % de los actuales edificios para volver al uso que tenían anteriormente, sino de reordenar y adecuar las infraestructuras a las nuevas necesidades, estudiando la situación real y las posibilidades de los actuales edificios. Puede ser que con estas premisas las conclusiones no fueran tan drásticas», señalan en su reflexión.