Alimentar a 15.000 personas no es tarea fácil. Además de la gran cantidad de comida necesaria, hace falta un gran equipo humano detrás de una buena organización. Una de las personas que comparte esta responsabilidad es Anna Kubina, una voluntaria belga que desde hace un mes trabaja en los preparativos del encuentro ecuménico Taizé, que desde ayer se celebra en Valencia y reunirá durante cuatro días a más de 15.000 jóvenes europeos que pasarán el fin de año en comunidad y orando.

Debajo del puente del Real se realiza el reparto de comida a los jóvenes extranjeros que asisten al encuentro. Según explica Anna, se preparan los ágapes para unos 12.000 comensales, pues siempre hay algunas personas que prefieren comer en los locales de la ciudad. La organización ofrece el menú de mediodía sobre las 12.30 horas y la merienda a las 18.

Ayer por la tarde, solo para la merienda dos camiones descargaron una decena de palés. Hoy se entregarán unas cinco toneladas de naranjas solo para este día y en total, durante todo el encuentro, calculan que se beberán 30 palés de agua. «Para nosotros es importante ayudar a las empresas locales pero también que los caminos de las entregas sean cortos, para evitar imprevistos», explica Anna, que forma parte del equipo de stock del encuentro. Trabajan con ocho empresas valencianas que le suministran los productos frescos „como naranjas y mandarinas„, el pan, el agua y la comida elaborada.

El menú de mediodía se compone de un plato caliente „ pisto con patata, arroz a banda, paella de verduras o canelones de espinacas„, queso y fiambre, un panecillo, una o dos piezas de frutas, un yogur, y algo de bollería.

El centenar de voluntarios encargados del reparto de la comida se divide en 12 líneas de distribución, por las que van pasando los participantes del encuentro que recogen uno a uno los productos.

Jardines limpios

El ayuntamiento de Valencia ha colocado más papeleras en los jardines del río Turia, donde comen los jóvenes. «Nos sentimos muy bien acogidos en Valencia», explica Anna, que destaca la «buena colaboración con el consistorio municipal».

También existe un grupo de voluntarios que al finalizar de comer revisan la zona con bolsas de basura, para que no queden residuos. Los alimentos sobrantes que se puede reutilizar se guardan en casetas para el día siguiente. No obstante, la comida caliente, como explican desde el departamento de calidad del Grupo CB, uno de los proveedores de la organización y que cocina en Paterna y el Puig, están elaborados para consumir durante el mismo día.

Todos estos alimentos se pagan con la aportación que cada asistente ha abonado como suscripción del encuentro. La cena y el desayuno corre a cargo de las familias acogedoras. Los jóvenes que no son valencianos se alojan durante el encuentro en casas de voluntarios que han decidido compartir su hogar. Con las familias los jóvenes cristianos también compartirán el día de año nuevo.

El resto del tiempo, se han organizado actividades en las doscientas parroquias que colaboran. Además, habrá oraciones comunes en las carpas ubicadas en el río y en la Catedral, a las 14 y a las 17 horas, a las que está invitada toda la ciudadanía, y talleres con instituciones y organizaciones de Valencia.