«Digno broche final ha tenido la ´Semana Infantil´ organizada por el ministerio de Instrucción pública. Los que presenciamos la cabalgata jamás podremos dar al olvido aquel alarde artístico y satírico, de excelso sabor valenciano y de gracia ingenua». Así contaba en su edición del martes 12 de enero de 1937 el diario El Mercantil Valenciano la cabalgata de la infancia que el gobierno republicano creó para distraer a los niños que huían de la Guerra Civil y se escondían en Valencia. La ciudad recuperó ayer este evento, que se celebró en 1937, con un recorrido por las calles de la ciudad no exento de polémica política.

El alcalde de Valencia, Joan Ribó, recibió en el consistorio a las «reinas magas» Libertad, Igualdad y Fraternidad tras la cabalgata infantil incluida en la «Semana de la infancia», una celebración laica recuperada ayer por la Societat Coral El Micalet. Ribó y las «magas» saludaron al público desde el balcón municipal, a la conclusión de una cabalgata que partió de la calle Guillem de Castro y recorrió varias vías del centro de la ciudad, para finalmente llegar al consistorio, cuyas inmediaciones se cortaron al tráfico.

La cabalgata de ayer puso punto final a una semana de actividades que incluyó conciertos (entre otros, con canciones interpretadas en los actos de 1937), lectura de poemas, exposiciones y talleres de reciclaje y papiroflexia, según sus organizadores. Con esta iniciativa, la Societat Coral el Micalet quiere «recuperar la fiesta del solsticio de invierno que se celebró en Valencia en enero de 1937».

Según sostienen sus miembros, las tres «magas» Libertad, Igualdad y Fraternidad representan los tres principios básicos de su «manera de ver el mundo: libertad para poder expresar libre y críticamente todas las ideas, igualdad de todos ante la ley y la sociedad, por encima de razas, creencias y sexo, y fraternidad para compartir con todos aquellos que nos necesitan todas las maravillas del mundo».

«Que todo el mundo quepa»

Ribó reivindicó, en el discurso desde el balcón, los valores de la Segunda República y recordó que este año se cumple el 80 aniversario del alzamiento franquista. El alcalde insistió en que es habitual «en todas las culturas próximas realizar una fiesta vinculada a los niños». «Tanto Papá Noel como los Reyes Magos están vinculados a la religión cristiana. La multiculturalidad y diversidad de religiones, así como la existencia de muchas familias sin ninguna creencia religiosa, dan un significado propio a la caravana de magas y a su realización en Valencia. Queremos ser una ciudad donde todo el mundo quepa, donde todo el mundo se sienta a gusto, donde los niños y niñas puedan disfrutar de su bienestar sin ningún tipo de discriminación», destacó el alcalde.

Pero la cosa no quedó ahí. El Partido Popular, en boca de su concejala Beatriz Simón, consideró el recibimiento «un espectáculo burlesco y provocador». Para el PP, lo sucedido en Valencia «es una ofensa a nuestras tradiciones, porque lo que el señor Ribó ha querido escenificar no es otra cosa que su repudia personal hacia la Navidad y los Reyes Magos». Simón exigió a Ribó que pida «perdón por el lamentable espectáculo».

Fuentes municipales insistieron en que el acto no estaba organizado por el consistorio sino por El Micalet. Además, recordaron que la pasada semana Ribó recibió en el hemiciclo municipal a una representación de jóvenes participantes en el encuentro Taizé que se celebró en Valencia a finales del mes de diciembre. «Ribó es el alcalde de todos, igual que recibió a los jóvenes también recibe una actividad multitudinaria», indicaron las mismas fuentes. «Desde el PP se deberían dirigir directamente a la sociedad civil que organiza actos, si es que ahora quieren prohibir a la gente que organice festas para los niños. Cada día se organizan en Valencia decenas de actos, y los concejales del PP son libres de acudir o no, pero no porque no les guste un acto se han de vetar. Los tiempos de la censura, afortunadamente, ya han pasado», explicaron.