Aunque la agenda política municipal de ayer era más bien escasa, los gabinetes de prensa sí que trabajaron de firme para posicionarse tras la cabalgata laica celebrada el domingo con la presencia de las «reinas» Libertad, Igualdad y Fraternidad. El equipo de gobierno cerró filas alrededor de su alcalde al asegurar oficialmente que «el tiempo de la censura, afortunadamente, ya ha pasado. Cada día se organizan en Valencia decenas de actos y los concejales de cualquier grupo municipal son libres de acudir o no, pero no porque no les guste un acto se tiene que vetar» y lanzaron la comparación: «el alcalde debe ser el alcalde de todos e, igual, que recibió a los jóvenes cristianos de Taizé en un acto formal dentro del hemiciclo, también recibe una actividad multitudinaria».

Explicaciones que no convencieron, como era de esperar, al primer partido de la oposición. La presidenta del PP en la Comunitat Valenciana, Isabel Bonig, calificaba de «patochada» la cabalgata y reprochaba lo que considera «una utilización de las tradiciones para empobrecerlas y atacar a una parte importante de la sociedad».

El concejal Félix Crespo afeó a Ribó el «discurso de crítica política exaltando la República, pasando por encima de los niños a quién iba dirigido el acto. Ni los niños le entendieron, ni la mayor parte de Valencia le entiende a usted».

C´s cuestiona la actitud del PSPV

El portavoz de Ciudadanos,Fernando Giner, lanzó el guante a los socios de gobierno: «No nos extraña el acto que protagonizó el alcalde. Está siendo la tónica desde hace seis meses: hacer gestos adoctrinadores, rupturistas y que solo intentan dividir a los valencianos, cuando las fiestas populares deben ser integradoras y no buscar la polémica. Lo que nos extraña es la actitud del PSOE, sigue formando parte de este tripartito que manda en Valencia, callan cuando suceden estas cosas».