Siempre me ha dado pena que acabe la Navidad, siempre, salvo este año que casi lo estaba deseando. Ni siquiera el tiempo ha acompañado pero si algo ha ensombrecido, enrrarecido y casi arruinado esta última Navidad ha sido la «nueva política». ¡Qué triste!
Y no, no se crean que han conseguido fastidiarme mi Navidad, afortunadamente sus tentáculos no consiguen atravesar las puertas de nuestros hogares, al menos de momento. Lo que me parece realmente triste es que la denominada «nueva política» tenga como objetivo principal la ofensa. Sí, la ofensa, porque no veo otro fin a todas las ocurrencias que han tenido nuestros gobernantes en los últimos días. Han entrado en minoría y eso se les olvida. Por tanto se les olvida que la mayoría queremos y disfrutamos con la Navidad de siempre, con las costumbres de toda la vida que a nadie hacen daño. Han entrado en minoría y olvidan que la democracia es el sistema de gobierno de las mayorías. Vienen arrasando y esto es sólo el principio, miedo me da pensar en lo que se les ocurrirá para ensombrecer nuestra Semana Santa Marinera. Se inventan tradiciones que nunca lo fueron para justificarlo pero su objetivo no es otro que ridiculizar aquello en lo que muchos creen y otros tantos respetan. Olvidan que la obligación de un gobernante es trabajar para satisfacer al mayor número de ciudadanos posible y no para contentar a su grupo de «amiguetes».
No contemplan otros gustos ni otras sensibilidades, imponen la de unos pocos burlándose de los sentimientos de gran parte de la población. Y para colmo, se cubren de victimismo para escudarse de las críticas de una sociedad herida y lo hacen, sin pudor, acusando de machismo a todos los que hemos considerado una auténtica mofa sus decisiones sobre las costumbres más arraigadas. No, eso no es machismo, se nota que nuestro alcalde no lo ha sufrido y a cualquier cosa lo llama machismo utilizando una vez más la discriminación que hemos sufrido las mujeres durante siglos. Eso no es machismo, es la crispada reacción de una sociedad que no está dispuesta a dejarse ridiculizar por sus gobernantes. Es la respuesta de personas que seguramente esperaban mucho más de la nueva política y no creo que depositaran su voto en las urnas para que nuestra ciudad fuera el hazmerreír de todo el país, el objetivo de «memes» en todo tipo de redes sociales.
¿Va a ser ésta la forma de promocionar la cultura de nuestra ciudad? ¡Qué alentador!¿Su política de innovar, de crear, se va a basar en destruir lo anterior, en machacar lo que teníamos, en reírse de la mayoría? Enhorabuena, al menos una cosa han conseguido, que se hable de su «gestión» en todas partes. Han convertido la «dulce Navidad» en «cutre Navidad» y eso, supongo, es todo un éxito. Sí, desde el primer día lo consiguieron, Belén para arriba y para abajo? Cabalgata sin San José, sin Anunciación, sin las carrozas de las fuerzas de seguridad? Sí, lo han conseguido, pero no del todo, también hemos oído hablar de esa carta a los Reyes remitida por los vecinos de Torrefiel pidiendo más limpieza? Poco, pero lo hemos oído. Por más sandeces que inventen no conseguirán eludir su responsabilidad y al final el circo se desmonta y todo queda en nada? Ustedes verán.
