La festividad de San Vicente Mártir llega en su episodio de 2016 con una novedad de carácter emocional: el ayuntamiento, a través de su departamento de arqueología, pretende no sólo restaurar y consolidar la estructura del monasterio de La Roqueta, sino aprovechar la coyuntura para ahondar en busca de la iglesia paleocristiana y, posiblemente, la tumba del mártir, a donde habría ido a parar su cuerpo tras el martirio.

Ayer, sin embargo, la asociación Valencia Cultural Vía Augusta y Camino de San Vicente Mártir presentó ante el ayuntamiento un escrito en el que solicita que las pruebas arqueológicas sean «más serias» pues consideran que ahondar, como está previsto, un metro de profundidad en las catas, sería estéril, pues «el sustrato romano está a una profundidad bastante más considerable» siguiendo el ejemplo de los restos encontrados en La Almoina.

Recuerda esta asociación que la posibilidad de encontrar los restos del santo „convencimiento en el que coincide el jefe de arqueología del ayuntamiento„ supondría «un hito cultural de primera magnitud, aparte de una acogida popular enorme en el pueblo valenciano». La asociación reclama también un refuerzo en el desarrollo del Camino de San Vicente Mártir, «que es 600 años más antiguo y con el auge del senderismo están empezando a llegar peregrinos. El camino necesita un destino final digno para ponerlo en valor».

Con este debate, la ciudad disfrutará de su último día festivo general antes de la semana fallera y con el debate político de turno por la ausencia del alcalde en los actos del patrón, mientras representantes de otros grupos municipales sí que anuncian su presencia en la procesión catedralicia.

También ha habido tiempo para el cruce de acusaciones. Ayer, por ejemplo, Ciudadanos reprochó al concejal de fiestas Pere Fuset que no se haya puesto en marcha una ruta de lugares vicentinos. «Se lo planteamos en noviembre y nos contestó que lo estudiarían. Pero ha llegado el día de San Vicente y no han hecho nada» dijo ayer la concejala Amparo Picó.