Las asociaciones vicentinas están en pie de guerra. Ayer se reunieron con el concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, y tras comprobar el desacuerdo sobre la excavación del monasterio de San Vicente de la Roqueta, le advirtieron de que van a intentar parar las obras judicialmente o con movilizaciones sociales.

Lo vienen diciendo desde que el nuevo equipo de Gobierno anunció, después de treinta años de abandono, el inicio de las obras de rehabilitación y consolidación estructural del Monasterio de San Vicente de la Roqueta, una obra que costará 2,6 millones de euros y que permitirá «salvar« un edificio en cuyo subsuelo podría estar la tumba del mártir y el templo constantiniano construido en su honor.

Las asociaciones vicentinas quieren que antes de nada se haga una gran excavación que recupere esos restos arqueológicos, sobre cuya presencia hay bastante unanimidad entre los especialistas. No se conforman con la excavación superficial, de apenas 1 metros, que prevé el proyecto. Recuerdan que en las anteriores excavaciones realizadas en los años ochenta aparecieron enterramientos a tres metros y medio de profundidad, lo que significa que habría que habría que llegar al menos hasta allí para garantizar el éxito de la operación.

Para hablar de este tema, al que los responsables municipales se han negado públicamente, cinco asociaciones vicentinas se reunieron ayer con el concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, y allí pudieron contrastar sus diferencias.

Sarrià, según explicó a este periódico, les recordó que por primera vez existe la posibilidad de rehabilitar el edificio con «la suerte» de disponer de dinero para ello. Así pues, esa es la prioridad absoluta en este proyecto. «Ya nos gustaría tener dinero para todo, pero el pliego tiene lo que tiene», dijo.

De todas formas, el concejal señaló también que la excavación se va a hacer y que se va a hacer en buenas condiciones, prueba de lo cual es que «los arqueólogos están entusiasmados» con ello. A su juicio, excavar un metro es importante y cuesta mucho dinero, pero además, se va a excavar en el exterior para encontrar restos del monasterio mutilado. Y si aparecieran restos importantes se haría una excavación futura, dijo.

Sarrià se comprometió incluso a hacer esa excavación en otro momento, pues «el suelo se puede quitar». «Lo que no me pueden decir es que pare la restauración y dedique el dinero a las excavaciones, porque eso no puede ser. La restauración es urgente y lo otro se puede hacer en cualquier momento», abundó.

Los vicentinos, sin embargo, creen que la excavación es lo primero. Están convencidos de que la legalidad les ampara y van a tratar de parar los trabajos.

Movilizaciones

Según explicó su portavoz, Fernando Moreno, su primera demanda es que paren la obra y revisen el proyecto para incorporar esa gran excavación. Así mismo, preparan reuniones para hacer un manifiesto conjunto y posibles movilizaciones frente al ayuntamiento. Y por último, estudian la posibilidad de invocar una legislación superior a la que se aplica en la Roqueta para presentar una denuncia en el juzgado y parar las obras por la fuerza.

«Los restos se encontraron a tres metros y medio, así que analizaremos el tema legal y creemos que se puede parar», dijo Moreno, quien anunció futuras reuniones con geólogos y expertos para cuadrar la denuncia.