El centro histórico de Valencia se convirtió el día 1 de septiembre en 'zona 30'. La explicación de entonces del concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, y del alcalde de Valencia Joan Ribó, fue que el centro de la ciudad debía ser "pacificado" y el objetivo era lograr que en ese espacio hubiera una buena convivencia entre vehículos privados, transporte público, ciclistas y peatones.

Levante-EMV ha querido ponerse al volante para comprobar si los ciudadanos han captado el mensaje y cumplen con la normativa tras cinco meses desde que comenzara la campaña. Para ello, recorrimos el mapa de la zona 30 durante aproximadamente una hora y para conocer en primera persona si la normativa va más allá de las señales de tráfico.

A lo largo de nuestro trayecto „siempre sin superar los 30 km/hora, por supuesto„ destacó que los conductores respetaban en su mayoría el nuevo límite de velocidad, ya que durante ese tiempo fueron pocos los coches que nos adelantaron. Si bien algunos vehículos, en especial las motos, sí realizaron adelantamientos a más de 30 km/h sobre todo en aquellas calles con más carriles y más anchura, como por ejemplo, la calle Las Barcas o la avenida Guillem de Castro.

98 multas en la 'zona 30'

Hasta diciembre únicamente se optó por avisar a los conductores de la nueva restricción de velocidad sin multar e informar sobre la nueva medida, pero a partir de mediados de ese mes la policía ya comenzó a poner las primeras multas.

En los últimos tres meses 16.346 vehículos han sido controlados por la Policía Local de Valencia. Además, han advertido a 453 mediante campañas informativas y avisos y han multado a 98 conductores por exceso de velocidad en las zonas 30 de la ciudad, según han informado fuentes de la Policía Local.

La sanción por este tipo de infracciones varía entre los 100 euros (si circula entre 41 y 50 kilómetros por hora), 300 euros (51 a 60 km/h), 400 euros (61 a 70 km) y 600 euros si se conduce de 71 a 80 km/h.

El alcalde destacó en su momento que los objetivos de rebajar la velocidad son aumentar la seguridad, evitar accidentes, mejorar la calidad ambiental y el espacio par a las personas, así como potenciar el comercio de proximidad.