La sangría económica por las expropiaciones de suelos dotacionales no para en el Ayuntamiento de Valencia y el consistorio acaba de librar el pago de 4,5 millones a la promotora RS e Hijos por un solar de 16.000 metros cuadrados en la calle Rubén Darío, frente a la mezquita, destinado a la ejecución de jardín largamente demandado por los vecinos. Este suelo se incluyó en 2003 junto con la construcción de un edificio residencial en una unidad de ejecución de iniciativa privada, lo que suponía que la promotora lo cedía al ayuntamiento gratuimente, sin embargo, el anterior equipo de gobierno autorizó la disolución de la unidad de ejecución a instancias del mismo promotor, que meses después solicitó el proceso de expropiación forzosa. El elevado precio que tendrá que pagar el ayuntamiento por este jardín lo situa como el más caro hasta la fecha de la ciudad, sin contar jardines singulares como el de las Hespérides.

El concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, lamentó la herencia envenenada que el PP ha dejado con las expropiaciones. No solo es que el PP se negó a delimitar de oficio unidades de ejecución para obtener el suelo para dotaciones y equipamientos gratuitamente sino que autorizó la disolución de varias unidades de ejecución, destacó Sarrià. Se da la circunstancia de que este mismo promotor (RS e Hijos) también se ha beneficiado en los últimos meses de otra expropiación, esta en la avenida de los Naranjos, junto al tanario, por el que cobró el año pasado otros 3,4 millones de euros.

Diez millones en total

La dinámica en este caso fue la misma. RS e Hijos y Gesfesa presentaron en 2002 un PAI sobre los terrenos del entorno donde se iba a construir un tanatorio y un hotel y se obligaban a la cesión gratuita del suelo para el jardín y a su ejecución como carga urbanística. Pocos meses después solicitaron la anulación del PAI y ejecutó el tanatorio de manera aislada y más tarde solicitó la expropiación del suelo del jardín (4.000 metros cuadrados).

En suma, incluyendo intereses, el ayuntamiento tendrá que pagar a esta promotora diez millones de euros por dos jardines que suman 20.000 metros cuadrados, dos campos de fútbol.

Sarrià ya advirtió en su día que resultaba cuanto menos sospechoso que los beneficiados por la expropiación y propietarios de los terrenos sean los mismos promotores que debían haber cedido gratuitamente el suelo. El anterior gobierno municipal destinó 550 millones de euros para expropiaciones. «Han sido 23 años de construir en la ciudad generando plusvalías privadas y atendiendo exclusivamente a la parte lucrativa del planeamiento de la ciudad» censuró Sarrià.

El lado positivo es que los vecinos disfrutarán, se espera que en breve, de unos jardines muy esperados. La ejecución del de Rubén Darío requerirá otros 800.000 euros más.