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El Mestre Racional

El Mestre Racional

El rey Pedro III el Grande nació en Valencia en el verano de 1240, era hijo de Jaime I el Conquistador y de su segunda esposa Violante de Hungría, sucedió a su padre como Rey de Aragón, Rey de Valencia, Conde de Barcelona y Rey de Sicilia. Entre las instituciones que el rey creó destaca la del Mestre Racional, en principio era una institución única para todos los territorios de la Corona de Aragón. Tenía como función controlar a los tesoreros y lugartenientes del rey, de la reina y los regentes, así como a los oficiales de la curia real, especialmente a todos aquellos que administraban rentas reales. Años más tarde Pedro IV el Ceremonioso reguló la institución del Mestre Racional y a principios del siglo XV, Alfonso el Magnánimo desgajó el cargo y nombró uno para cada uno de los estados de la Corona de Aragón. En 1419 el rey nombró a Berenguer Minguet, el primer Mestre Racional valenciano, lo hizo a petición de las Cortes Valencianas, tras entregarle un cuantioso donativo para las empresas italianas del monarca.

El cometido de éste oficio medieval era administrar las finanzas de la Corona de Aragón, revisaba personalmente las cuentas del Rey Pedro el Grande logrando ejercer un férreo control sobre los que manejaban las rentas y el dinero del Patrimonio Real en el Reino de Valencia. Realizó anotaciones en los márgenes de los libros que afortunadamente hoy se pueden estudiar y que se conservan en el Archivo del Reino de Valencia y en el Archivo de la Corona de Aragón.

El cargo de Mestre Racional subsistió hasta 1715, unos años después de que se aprobaran los Decretos de Nueva Planta de 1707 en el contexto de la Guerra de Sucesión Española, si duda un momento triste en el que los valencianos perdimos las leyes y las instituciones que habían regido el Reino de Valencia durante casi quinientos años. Con la victoria borbónica frente a los seguidores de Don Juan de Austria, el rey Felipe V nombró comandante general del Reino de Valencia al Duque de Berwick, era la máxima autoridad y no tenía obligación alguna de sujetarse a las leyes anteriormente vigentes. También el rey nombró, al castellano Antonio del Valle, máxima autoridad de la ciudad de Valencia a la que sometió con control militar férreo, y a Baltasar Patiño, marqués de Castelar, le encargó la jefatura de las finanzas del Reino de Valencia y le situó por encima del Mestre Racional.

Años después con la aprobación del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana, se crea la Sindicatura de Comptes, institución que se considera heredera de la institución histórica del Mestre Racional. Su función es ejercer el control económico y presupuestario de la actividad financiera de la Generalitat Valenciana, de los Entes Locales y del resto del sector público valenciano y de las cuentas que lo justifiquen. Hoy ya no tenemos reyes, reinas, ni lugartenientes valencianos que administren las rentas reales, pero al igual que entonces, los gobernantes están obligados a administrar con justicia y honradez lo que es de todos. Si el Mestre Racional levantara la cabeza y viera la desvergüenza con que se ha gestionado el patrimonio del pueblo valenciano en los últimos tiempos, seguro que escandalizado, la volvería a hundir en su sepulcro para no volverla a levantar.

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