La Associació Cultural i Republicana Constantí Llombart pidió ayer que el patrimonio industrial abandonado en la ciudad albergue centros sociales para los barrios, y no «usos que carecen de verdadera utilidad y sentido para la inmensa mayoría de la población», según explicó ayer en un comunicado el portavoz de la entidad, Antonio Marín Segovia.

«Es inaudito que, a pesar de la especulación urbanística y depredadora, muchos barrios periféricos y obreros de Valencia todavía conserven milagrosamente algunos conjuntos industriales, residenciales y rurales de gran relevancia y belleza», añadió Segovia.

«Demasiadas veces se rehabilitan monumentos y bienes culturales, sin haber contemplado y previsto los gastos de mantenimiento y el personal técnico, en función de los usos futuros», explicó el portavoz de la entidad, que aseguró que hacen falta «espacios de encuentro, servicios sociales, centros juveniles, escuelas talleres...» en los barrios del norte de la ciudad. «Las alquerías de Falcó, de la Torre, del Moro, la Ceramo, el Casino del Americano... pueden y deben ser espacios dedicados a actividades o servicios que acaben o al menos mitiguen las numerosas carencias y problemáticas, que llevamos tantas décadas padeciendo los vecinos de los barrios obreros del norte de Valencia», comentó Segovia.