En nuestro mundo actual son habituales a diario conceptos como «podcast», «streaming», «app», «trending topic», almohadilla, arroba, «android», «tablet» o «smartphone». Aunque este tipo de términos comenzaron como puro elemento de ocio, a nivel profesional se han hecho un hueco más que importante y multitud de empresas comenzaron a unirlos y utilizarlos. Hoy son indispensables a la hora de gestionar, mejorar y vender productos.
Parece, pese a la meteórica imposición en el mercado, que ciertos sectores se resisten y se muestras reñidos con los aspectos tecnológicos que dominan el día a día. Bien por incompatibilidad, bien por resistencia personal y moral de quienes se niegan a entrar en él. Pero solo lo parece.
Desde siempre hemos visto el sector agrícola, el campo, conocido coloquialmente, como algo mucho más puro, de espaldas a los avances en las telecomunicaciones, quizás porque no se ven del todo necesarios.
Al menos en la faceta más tradicional, tal y como la entendemos. Sus técnicas han evolucionado, eso es cierto, con la aparición a lo largo del tiempo de nuevos vehículos que facilitan y favorecen el trabajo o la mejora en los sistemas de irrigación, por poner dos ejemplos básicos que todos conocemos.
Lo que parece un sector relegado, al fin y al cabo, al mundo rural, con tendencias estáticas y con pocos avances en cuanto a la modernización, y repito, solo lo parece, trata de abrirse camino en el mundo de los dispositivos táctiles, sobre todo para captar a gente joven que trata de coger el relevo de generaciones más mayores.
Hace ya unos meses que desde Almería apareció «CultivApp», una aplicación para tablets y móviles destinada a profesionales que ayuda a gestionar con eficacia las explotaciones agrarias, y de carácter nacional. Ayuda en la toma de decisiones, pone en marcha un foro de buenas prácticas y ofrece multitud de informes sobre técnicas y cultivos en general. Una extensa variedad de servicios, en definitiva.
La Universitat Politècnica de Valencia, puntera en investigación, no se queda atrás y ha desarrollado la primera aplicación puramente autóctona, aunque con un objetivo todavía más concreto. Dirigido no solo a agricultores y cooperativas sino también a usuarios en general, como aquellos para los que la agricultura es su hobby, CultiApp nace para intercambiar información y tratar de minimizar las amenazas por la pérdida de la diversidad a causa de plagas y enfermedades, tan común por desgracia hoy día. De este modo se busca dar un giro a la tendencia en el cultivo para poder recuperar productos de nuestra zona, que se ha sustituido por otras variedades. Aunque es mucho más ambiciosa la primera de ellas desde el punto de vista de la gestión profesional, desde lo puramente autóctono es muy interesante la lanzada en Valencia, inmediata y fácil de usar.
El éxito de la misma dependerá de la cantidad de uso por parte de los interesados y de la propia interacción y fluidez entre usuarios. Quizás sea un inconveniente la poca accesibilidad, pues solo se encuentra disponible para Android.
Desde lo institucional se debe incidir en la importancia de nuestra agricultura, en generar un interés en parte de nuestra sociedad, sobre todo entre los más jóvenes. Este tipo de herramientas, tan actuales hoy en día, puede ser de mucha utilidad. Como decía al principio, hay sectores que todavía hoy son reacios a entrar en este juego, aunque en el presente de juego tienen bien poco.
