Ahí siguen, como enormes esqueletos pelados, vestigios, dicen los vecinos, de una época en que se priorizaba al coche por encima del peatón. Las pasarelas que salvan la entrada a Valencia desde la pista de Silla por la avenida Ausiàs March apenas las usan los vecinos de Malilla y Na Rovella desde la colocación de semáforos, preferidos por los habitantes de la zona porque permiten reducir la velocidad de entrada a Valencia.
Quedan dos en la avenida y su futuro podría tener los días contados después de que esta semana la Concejalía de Urbanismo anunciara la decisión de retirar las pasarelas que salvan la avenida del Cid, la vía de entrada a la ciudad „en este caso desde Madrid„ con la velocidad media más alta. El vicepresidente de la Asociación de Vecinos de Malilla, Alfonso Cortés, asegura que los puentes «apenas se usan». «Desde que hay semáforos, la gente lo prefiere. Y además se ha reducido la velocidad», explica. «Son restos de hace muchos años que están casi abandonadas», comenta el dirigente vecinal.
Según los mapas de intensidad del tráfico del Ayuntamiento de Valencia, que contabilizan mensualmente la cantidad de vehículos que discurren por una determinada vía, en enero pasaron por Ausiàs March 104.927 coches. Es una de las entradas con más intensidad del tráfico, junto a la avenida de Cataluña o la avenida Cortes Valencianas, que no tienen pasarelas para salvarlas.
«Siguen siendo incómodas»
Los vecinos que ayer por la mañana paseaban por la zona y atravesaban Ausiàs March en las pasarelas reconocían que eran «incómodas» y «lentas». Sin embargo, muchos las preferían por ser «más seguras» que los pasos de cebra. «Yo voy con carrito de bebé y prefiero ir por aquí arriba, nunca sabes qué puede pasar en un cruce de peatones», explicaba ayer una joven madre con un bebé.
La intención del consistorio, presente en el programa electoral del PSPV, es eliminar todas las pasarelas, incluidas las de Ausiàs March, e instalar en la avenida pasos de cebra.
