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Echar a correr

Echar a correr

Para quien todavía no lo haya probado le animo a que lo haga: nada como salir a correr para evadirse de todos los problemas. Cuando vuelves a casa después de una buena carrera parece que todo se ve con más claridad. Es como si el cerebro se reiniciara, desbloqueándose y reorganizando toda la información.

Siendo senadora por la provincia de Valencia la semana pasada tuve la oportunidad de asistir en el Congreso al pleno de investidura para presidente del Gobierno y puedo asegurarles que, tras la bochornosa actuación de ciertos representantes políticos, la sensación me pareció tan caótica que lo único que el cuerpo te pedía era echar a correr.

Afortunadamente, en mi agenda contaba con la asistencia a un importante evento deportivo, la 10k femenina de Valencia. Dentro de todo el estupor vivido en la vida política, la posibilidad de participar en una de las pruebas deportivas más importantes aliviaba de alguna manera la semana.

No se pueden ni imaginar lo reconfortante que puede ser salir a correr por las calles de nuestra ciudad junto a dos mil mujeres con las que compartes, como mínimo, la pasión por el deporte. La carrera, organizada por «Nosotras Deportistas», ha sido una forma de conmemorar este año el Día Internacional de la Mujer. Una forma también de reivindicar el papel de la mujer en el ámbito deportivo y estaba dirigida tanto a las aficionadas al running como a las más expertas. Como objetivo, acercar el deporte a las mujeres y que más mujeres practiquen deporte. Y no me extraña que el índice de participación haya sido tan alto pues sea el día que sea y la hora que sea, en el cauce del río o en el Bulevar Sur o en cualquiera de los múltiples recorridos que nos ofrece nuestra ciudad, la presencia de mujeres corriendo, o andando, es cada vez mayor. Mujeres de cualquier edad y cualquier condición que han descubierto los beneficios que aporta salir a correr tanto para la salud física como para la mental. Un deporte asequible a todas que solo requiere unas condiciones mínimas de salud para iniciarse y que una vez que se prueba ya quedas enganchada.

Como suele ser habitual en este tipo de pruebas, el deporte y la solidaridad también en esta ocasión venían unidos de la mano. En la carrera de ayer el ojo se ponía en la Asociación de Afectadas por el Síndrome de Rett, una enfermedad rara, neurovegetativa, que afecta especialmente a niñas, ya que está originado por una alteración en el cromosoma X que, como saben, es el que da lugar al sexo femenino. Esta enfermedad es la principal causa de discapacidad intelectual en mujeres a día de hoy y gracias a la 10k femenina de Valencia se han recaudado fondos pero, lo que es más importante, se les ha dado voz y visibilidad para concienciar y favorecer la investigación.

Después de una carrera como la de ayer se empieza la semana con energías renovadas, que falta nos hace.

Cuando una sabe que algo es bueno no puede dejar de recomendarlo, por eso yo insisto una y otra vez en animar a practicar este deporte y así, en esas ocasiones en las que el estrés y la ansiedad se empeñan en apoderarse de nuestra existencia, ya saben la solución «echar a correr».

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