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Entre acequias

Un "jardín de jardines"

La liberación del solar de Jesuitas da a la ciudad la oportunidad de ampliar el histórico jardín Botánico e integrar la colección de agrios de las Hespérides en un gran pulmón verde articulado en torno a la calle Beato Bono

Un "jardín de jardines"

El jardín Botánico de la Universitat de València es uno de los mejores jardines botánicos europeos y por supuesto un lujo para nuestra ciudad. Su presencia marca el carácter de una parte de la ciudad y es uno de los pocos lugares donde existe una transversalidad visual entre dentro y fuera del Centro Histórico. La opción de liberar los solares de Jesuitas fue una oportunidad única de conservar la visualización del «arboretum» y esta perspectiva urbana desde el río. La lucha social, el empeño de grupos concienciados por el devenir y la calidad de vida de Valencia, y el esfuerzo económico de la ciudad por liberar estos solares es ya un hecho.

Una vez establecido el marco paisajístico y el ambiente cultural que propicia la presencia del Botánico, además de la capacidad investigadora propia de la institución, parece que está en la palestra su posible ampliación. Para ello se juega con dos elementos básicos: la presencia de una alquería histórica y de su parcela colindante, propiedad de la Universitat de València, y la existencia de un jardín de colección, el Jardín de Hespérides, como jardín temático de agrios que proporciona un amplio muestrario de variedades de árboles en tierra, maceta y espaldera. Jardín colindante con el jardín histórico, premiado en bienales de paisaje y valorado por las guías especializadas españolas y extranjeras.

Una posible ampliación del Botánico sería posiblemente muy bien vista por la sociedad valenciana y para ello se dispone de una estructura urbana capaz de resolver este reto, pues se conserva en el borde oeste del Botánico, una de las pocas calles supervivientes de lo que fueron la calles de la Valencia barroca que nos mostraba el plano del Padre Tosca: la calle Beato Bono, una de las pocas calles de tapias que sobreviven en la ciudad, y a través de la cual se ha resuelto el acceso al Jardín de Hespérides y se ha mantenido la posible interrelación espacial con el Botánico, si de ello hubiera voluntad.

Entendemos que el complejo del Botánico debe tener un tratamiento integral donde convivan sociedad y universidad, ciudad y cultura. El jardín histórico merece especial valoración y el entorno urbano colindante es de una calidad excepcional: la iglesia de Jesuitas, San Sebastián con la cúpula del Padre Tosca y el propio Jardín de las Hespérides. Quizás ese tratamiento integral y esa nueva relación con la ciudad pueda venir de un nuevo concepto, la idea de un «jardín de jardines» conservando el ámbito histórico como recinto particular, incorporando nuevos ámbitos, cada uno de ellos con un carácter determinado, de manera que algunos estuvieran en abierto, mientras que otros necesitaran de un control de acceso más restringido, pudiéndose cerrar el conjunto por las noches. La estructura se articularía en torno a la calle Beato Bono, eje desde el cual se podrían relacionar todos los jardines, manteniendo entre ellos cierta autonomía.

El nuevo sistema se podría entender a la manera de racimo o de «cluster», donde unos espacios, unos jardines, tendrían una relación inmediata; es el caso de la alquería dieciochesca, rodeada de jardín, donde poder ubicar la pretendida colección de historia natural vinculada al Botánico; el propio Jardín de Hespérides estaría en el mismo caso. Otros espacios tendrían una relación particular, siempre fácil a través de la estructura urbana ya existente, sería el caso del resto del solar de Jesuitas, donde se podría construir un nuevo jardín, siempre vinculado por el eje de Beato Bono con acceso también desde Gran Vía.

El jardín histórico se mantendría con el estatus actual, propio de una espacio casi sagrado; el resto de jardines, siempre acotados y limitados, cerrados de noche, deberían completar las colecciones del Botánico, pero podrían tener un uso en abierto, o con un carácter distinto. Con ello quedaría la posibilidad de ir sumando espacios en el tiempo, las pistas existentes en las instituciones colindantes podrían en un futuro incorporarse a este sistema de «jardín de jardines”, especializados y articulados por Beato Bono. Con ello, esta calle, además de dar un gran servicio a la ciudad y al Botánico, nunca perdería su condición de «calle de tapias».

El convenio de cesión a la Universitat no llega

El convenio de permuta firmado en 2013 por el Ayuntamiento de Valencia con Expogrupo permitió recuperar para uso público el denominado solar de Jesuitas, anexó al histórico Jardín Botánico. En el año 2000 el ayuntamiento ya firmó otro acuerdo de permuta con varias promotoras para trasladar la edificabilidad prevista junto al Botánico a otras zonas de la ciudad. Los terrenos se reconvirtieron en lo que hoy se conoce como el Jardín de las Hespérides. El ayuntamiento anunció que cedería el solar de Jesuitas —posiblemente el más caro de la ciudad— a la Universitat de Valencia para ampliar el Botánico, sin embargo, el convenio no llega.

*Arquitecto y coautor del Jardín de Hespérides

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