11.20 de la mañana. Todos los bancos de la pequeña sala del crematorio del tanatorio municipal de Valencia están ocupados. Una pieza de la pianista y compositora Nina Simone se adueña del ambiente. Vecinos, compañeros y amigos se han concentrado para despedir a Miguel Wiergo, uno de los líderes vecinales más conocidos de la ciudad de Valencia, que falleció el pasado viernes con 70 años de edad. Poco a poco salen de la estancia y dan el pésame a la familia. Muchos no pueden esconder la emoción del momento.

Decenas de personas se concentraron ayer en las instalaciones para decir adiós al histórico defensor de Ciutat Vella. Amigos, portavoces de las entidades de barrios como el Grao y Nazaret y políticos como Vicent Sarrià, David Hammerstein o Antonio Montiel no dudaron a la hora de participar en la cita.

«Un genio y figura»

Y, enseguida, las anécdotas se sucedieron en los corrillos. «¿Recordáis cuando con Pérez Casado de alcalde lo querían matar por luchar por la peatonalización de una calle? A muchos comerciantes no les gustaba esta opción, pero luego el precio de los bienes inmobiliarios subió y lo trataban como un héroe. Así, era Miguel, un genio y figura», relataba una compañera de aventuras, que prefirió mantener el anonimato.

En el mismo corrillo, otra persona recordaba su relación con la exalcaldesa Rita Barberá: «Una vez nos dijo que todos los que protestábamos en el Carmen cabíamos en un taxi y Miguel no dudó en contestar. Era muy combativo y los políticos lo sabían».

Trinidad Piquer, representante de la Coordinadora de Vecinos de Ciutat Vella, trabajó con Wiergo durante los últimos años. Ayer expuso que «para mí era un genio, con sus luces y sombras, como todos. Eso nadie lo puede negar. Una de sus grandes cualidades es que sabía como implicar a la gente, era único en eso. Era un hombre muy decidido. Cuando la enfermedad comenzó a actuar me dijo !Por favor, que la coordinadora de vecinos no se pierda!..., me pidió que siguiéramos trabajando. Era parte de su vida».

Antonio Montiel, síndic de Podemos en las Corts, apuntó que «conocí mucho a Miguel cuando fui gerente del Plan Riva de Ciutat Vella. Destacaría su visión global, fue una persona que marcó un estilo muy personal al frente de la asociación de vecinos, que luchó ante situaciones bastante difíciles aportando soluciones muy creativas». David Hammerstein, dirigente histórico de los Verdes, argumentó que «trabajé muchos años con él y puedo decir sin temor a equivocarme que el barrio del Carmen ahora sería mucho peor si Miguel Wiergo no hubiera estado ahí. Unió las raíces populares del distrito y las canalizó hacia el bien común. Hizo un gran trabajo como líder vecinal».

Por último, Vicent Sarrià (PSPV) declaró que «antes de conocerlo oí mucho hablar de él, tenía mucha fama. Era parte de una raza especial de luchadores vecinales en una época que los necesitaba».