Las personas que me conocen y me aprecian saben que además de la política y el deporte otra de mis grandes pasiones son los animales, en especial los perros. Desde que era niña casi siempre he tenido perro y eso me ha hecho apreciar la lealtad de estos fieles animales que nunca piden nada a cambio. Gracias a ellos aprendí valores como el amor y la amistad.
Durante mi etapa como concejala de Bienestar Social tuve la oportunidad de conocer a algunos perros-guía de la ONCE, entidad que hace una labor extraordinaria desde la escuela de instrucción canina y adiestramiento, enseñándoles desde cachorros a ser los ojos y mucho más de tantas personas ciegas a los que les ha cambiado la vida el poder contar con ese compañero siempre fiel que pase lo que pase siempre estará ahí; que se lo pregunten sino a nuestro gran campeón David Casinos que primero con Ximena y ahora con Farala sabe lo que es recorrer el mundo sólo con la compañía de su perro.
En estos días de Semana Santa, de reflexión, pero también de ocio y descanso en compañía de la familia he aprovechado para pasar más tiempo con mis dos mascotas, dos perros que ofrecen cariño, afecto y lealtad infinita: Arpo, un labrador blanco al que adoro y al que le encanta la playa, e Ipa, una perrita mestiza abandonada que encontraron al lado de un contenedor con apenas un mes y a punto de morir que adoptamos hace escasas semanas.
Días en los que he recordado que leí hace tiempo en el periódico que el Ayuntamiento de Valencia estaba estudiando la posibilidad de habilitar una playa específica para poder ir con perros... han pasado los días, semanas, meses y nada de nada: ninguna noticia de esta iniciativa. Las playas para perros existen en muchas ciudades especialmente del norte de Europa pero en el caso de las playas de la ciudad de Valencia está prohibido ir con perro durante todo el año. Sin embargo en la Comunitat Valenciana ya tenemos cuatro playas para perros y este verano se inaugurarán tres más en la provincia de Alicante, pero de playa para perros en nuestra ciudad, «res de res».
Así que espabile ya nuestro ayuntamiento que cuenta desde las pasadas elecciones municipales con una «rimbombante» Concejalia de Bienestar Animal pero que nada se sabe de sus actuaciones en favor de los perros en este ya casi un año de gobierno tripartito de izquierdas en Valencia. Que espabile y que habilite alguna zona debidamente señalizada donde se respeten las normas básicas de convivencia: con bolsas sanitarias para recoger los excrementos y con la cartilla de vacunación al día.
Y han sido días en los que también he descubierto a un gran escritor y qué casualidad, también gracias a «Un perro», título de la última novela de Alejandro Palomas. Leyendo este libro me he emocionado y he vuelto a sentir todo lo excepcional de estos animales; por cierto, el miércoles si el pleno en Madrid no acaba muy tarde pienso acercarme a felicitar a este autor que estará en Valencia, muy cerquita de nuestra ciudad, en una librería de Mislata, y espero me firme un ejemplar de este libro que me ha marcado tanto en estos días. Sin duda un libro más que recomendable.
