El grupo ornitológico del Projecte Mussols, en el marco de las charlas que se desarrollan en la «Trilladora del Tocaio», en el Tancat de l'Establiment del Palmar, impartió una conferencia sobre el fomento y la conservación de aves rapaces nocturnas en los ecosistemas valencianos. En ella se explicó que estos ejemplares son muy beneficiosos y controladores de plagas de roedores porque en tres meses pueden consumir unos 1.000 topillos. Prueba de ello son las egagrópilas halladas.

Una egagrópila son restos de pelos, plumas e insectos sometidos a la acción de jugos digestivos dentro del estómago de la rapaz. Al cabo de unas horas, la rapaz regurgitará una masa ovoide con incrustaciones de huesos, plumas y restos de insectos que se conoce como egagrópila, aegrópila o pelota de regurgitación. De esta manera se puede averiguar de qué pequeños animales se alimentan las aves en una determinada localidad.

La charla se basó en las investigaciones que se están realizando en algunas aves rapaces nocturnas como el búho chico, cuyo nombre científico es Asio Otus, el mochuelo común Athene noctua o la lechuza común Tyto alba. Posteriormente, hubo una salida por la dehesa del Saler para avistar en determinados pinos y nidos artificiales para perpetuar a la especie.

El Projecte Mussols también está desarrollando una labor muy intensa en los colegios para incentivar a los escolares para que se desarrolle una concienciación y preservación hacia estas aves rapaces nocturnas, como por ejemplo la realización de cajas nidos.

En la Ciencia Zoológica hay dos términos denominados altriciales y precoces. El primero hace referencia a los polluelos que nacen desamparados y necesitan de sus progenitores para su supervivencia. En cambio, el segundo, hace referencia a los polluelos que al poco tiempo de nacer ya pueden alimentarse por sí mismos.

Cuando se avista un búho chico o un búho real (Bubo bubo), parece que tenga orejas sobre la cabeza a modo de penachos. No es así. Tanto el búho chico, como el búho real o gran duque, tienen situados los pabellones auriculares en los laterales de la cara. Y no se denominan orejas como se cree; el oído de las aves se denomina auriculares.