El 87 por ciento de la subvención municipal que recibe el Banco Solidario de Alimentos, entidad que preside Jaime Serra, se va para pagar la nómina de sus empleados, según las cuentas a las que ha tenido acceso este periódico. La entidad que reparte alimentos en la vía pública a personas necesitadas recibe desde hace siete años 85.000 euros en concepto de ayuda por parte del Ayuntamiento de Valencia, aunque el grueso de esa importante cantidad no repercute en los ciudadanos que se encuentran en riesgo de exclusión social.

Según los datos a los que ha tenido acceso Levante-EMV, de enero a marzo el Banco Solidario de Alimento justificó la subvención que recibe con el pago de siete nóminas de empleados, entre las que se encuentra la del propio presidente de la entidad, Jaime Serra, que se asigna un sueldo bruto mensual de 2.277 euros.

Así, el Banco Solidario de Alimentos acreditó de enero a marzo el 40 por ciento de la subvención total que recibe, unos 34.000 euros. De esa cantidad, 29.603 euros fueron a parar a pagar las nóminas de siete personas, con importes que oscilan desde los 2.200 euros hasta los 1.300.

De la cantidad de la subvención, 85.000 euros, aproximadamente un 87 por ciento se destina a pagar sueldos, mientras que el resto se han justificado con reparaciones, gasolina, compra de electrodomésticos o la instalación de aparatos de aire acondicionado en la sede de Valencia, un local cedido por el Ayuntamiento de Valencia en la calle Santa Cruz de Tenerife y que deberán abandonar a finales de junio, ya que la Concejalía de Bienestar Social ha dado por finalizado el convenio de colaboración. En siete años supuso el desembolso de 600.000 euros del erario público.

El convenio firmado por la exalcaldesa Rita Barberá establecía que el Banco Solidario de Alimentos se hacía cargo de la manutención de 55 familias de cada unos de los 11 centros municipales. Al mes unas 605 personas eran atendidas y al año unas 7.260. En cambio, la entidad que dirige Jaime Serra asegura que atiende a cerca de siete mil familias en solo un mes en el Valencia.

Serra se defiende

Jaime Serra defendió ayer que las cuentas del Banco Solidario de Alimentos están «auditadas» y «al alcance de todos». El presidente del Banco Solidario de Alimentos no dejó claro si cobra o no un sueldo de su propia entidad y aseguró que la sede de Valencia cuenta con cuatro personas asalariadas. Sin embargo, admitió que en las justificaciones que realiza al Ayuntamiento de Valencia había imputado otros gastos de otras sedes. «El Banco Solidario de Alimentos es un proyecto conjunto con tres sedes en Valencia, Pobla de Vallbona y Oliva. Según los convenios, algunos no puedes justificarlos por ejemplo con el alquiler de una nave, por lo que se imputa a cada uno lo que permite el convenio. En el de Valencia sí puedo computar salarios», reconoció.

Serra, que asegura que la sede de Valencia cuenta con 56 personas voluntarias, justificó que los gastos de funcionamiento de su entidad son elevados. «Ahora hemos repartido un millón y medio de kilos de alimentos, por lo que la logística para almacenarlos y repartirlos cuesta mucho», explicó.

Sin embargo, el principal motivo para retirar el convenio con el Banco Solidario de Alimentos, es que el Ayuntamiento de Valencia dio un giro de 180 grados a su política subvenciones a entidades sociales para terminar con la «estigmatización de las personas» en riesgo de exclusión. Decidió finiquitar las denominadas «colas de la vergüenza» y ha dado por concluido aquellos convenios con entidades que se dedican al reparto de alimentos en la vía pública, como el Banco Solidario. En su lugar, el consistorio ha apostado por la gestión de ayudas directas a las familias más necesitadas y ha aumentado en 2016 un 47 por ciento las ayudas de emergencia social.