La firma ARC salió ayer en tromba contra el Ayuntamiento de Valencia por intentar ahora recuperar el diálogo acercar del hotel-casino que el grupo singapurense quería instalar en la Marina Real. Su máximo referente mundial, Marc Vlassopoulus, aseguró que no volverá a trabajar con Valencia hasta que el alcalde, Joan Ribó, no se marche. Y su representante en España, José María Esquerdo, puso como condición que haya una disculpa pública por haber manchado el buen nombre de la compañía y que en una hipotética mesa de negociación se sienten directamente el propio alcalde y el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. «Después de ver cómo nos han tratado en Venecia y en Málaga, nos da mucha pereza volver a Valencia», confesó.

Si ya quedó claro el distanciamiento entre el consistorio y ARC cuando esta compañía anunció su renuncia al hotel-casino de la marina por el maltrato recibido de parte de los políticos valencianos, después de las explicaciones posteriores del ayuntamiento, en las que acusaba al grupo asiático de no tener solvencia económica, operar en paraísos fiscales y querer privatizar la marina, la herida parece difícil de coser.

El alcalde de Valencia, Joan Ribó, tras recibir duras críticas de empresarios, oposición e incluso de su principal socio de gobierno, el PSPV, ha aceptado recuperar el diálogo con ARC para revisar de nuevo ese proyecto o negociar otras posibles inversiones, pero la respuesta ha sido contundente y dura. En una palabra, le han devuelto la desconfianza.

El propio presidente de la compañía, Marc Vlassopoulos, aseguró desde Singapur que «hasta que Ribó no se marche no habrá ninguna reunión», pues el alcalde «ha tenido una actitud infantil y difamatoria» con ellos. «No nos vamos a comunicar con alguien que no tiene sentido de los negocios y que no sabe gestionar», abundó Vlassopoulos, quien elevó el tiro para asegurar que «si España no está preparada para hacer negocios, nos iremos a Italia o a Portugal».

El líder de ARC dijo estar «convencido de que no haremos este proyecto mientras Compromís esté en la ciudad», ni será posible inversión alguna en Valencia «con la actitud de Compromís».

Atisbo de encuentro

Estas duras palabras fueron corroboradas después por el consejero de ARC Resorts en España, José María Esquerdo, aunque en su caso se limitó a poner serias condiciones para reanudar un diálogo que tampoco tiene claro.

«Insultado por el alcalde»

Esquerdo explicó que el grupo se siente «insultado» por el alcalde al afirmar que el proyecto buscaba privatizar la Marina Real y poner «en duda su reputación» al señalar que parte de sus recursos económicos procedían de paraísos fiscales.

Así pues, advirtió que sólo se sentará en una mesa de negociación si hay una disculpa pública y sus interlocutores son el propio alcalde, Joan Ribó, y el presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

A su juicio, el proyecto ha sido rechazado desde la administración local «por falta de información», pues hasta en tres ocasiones se han reunido con asesores municipales, entre ellos Alejandro Pons y Xavi Ribera, y aunque quedaron en seguir las conversaciones, hasta ahora».

Lo mismo ocurrió con el director general de Economía en la Generalitat, Francisco Álvarez, al que le trasladó toda la información sobre el proyecto y los documentos para la declaración de Actuación Territorial Estratégica (ATE). En su caso, tampoco han recibido respuesta.

Esquerdo no comprende que Ribó no fueran tan negativo cuando le presentaron el proyecto estando en la oposición y que ahora haya tenido una posición tan beligerante, diciendo cosas como que «Valencia no sería las Vegas». En su opinión, «la imagen de la empresa ha sido descalificada» pese a ser una compañía regulada por el equivalente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores española y tener 1.400 millones invertidos en distintos proyectos.

En Málaga, donde han comenzado a trabajar tras el rechazo de Valencia, se han reunido ya con el presidente del puerto, el socialista Paulino Plata, y con el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, quienes les han dado «todas las facilidades».«Pese a ser de partidos distintos, trabajan como uno solo», afirma. Y por lo que se refiere a Venecia, «ya se han iniciado los trámites para hacer un hotel de 2.000 habitaciones y otro más pequeño». Incluso han creado «un departamento específico para atender estos proyectos».

Ahora, por tanto, retomar los contactos es complicado. «Después de ver cómo nos están tratando en Venecia y en Málaga nos da mucha pereza volver a Valencia», confesó Esquerdo, quien aseguró que llevan 4 años luchando con este proyecto y que el futuro del mismo «dependerá de la actitud que tome» el equipo de gobierno.