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Tribunales

Renuncia la jueza del falso testimonio en el edificio Apple por su amistad con una parte

La titular del Juzgado de lo Penal número 6 de Valencia se abstiene porque es «amiga íntima desde hace treinta años» de una de las familias beneciadas por la falsa tasación del inmueble

El edificio construido en 1889 y objeto del litigio familiar. manuel molines

La titular del Juzgado de lo Penal número 6 de Valencia, Begoña Estañ Capell, ha renunciado a juzgar a los dos peritos que hicieron una falsa tasación del edificio Apple por amistad con una de las partes, según el auto de la magistrada al que ha tenido acceso Levante-EMV.

El Juzgado de lo Penal número 6 debía juzgar a Jose Francisco Morell Navarro y Ramón José Cercós Espejo, abogado y agente de la propiedad inmobiliaria el primero y arquitecto el segundo, por un delito de falso testimonio en la tasación judicial que hicieron del edificio Apple o edificio Ylario, ubicado en la calle Colón con Roger de Lauria de Valencia. La valoración del edificio se realizó durante el reparto de una herencia familiar con propiedades en las zonas más exclusivas de Valencia y Madrid, que tuvo que resolverse por vía judicial ante el Juzgado de Primera Instancia número 12 de Valencia.

Los dos peritos valoraron el edificio Apple en sendos informes entre los 36 y 32,1 millones, de forma pactada, para que el juez eligiera un precio intermedio o el más bajo, como así sucedió. Al valorar el emblemático edificio en 32 millones, uno de los herederos que participaba en la herencia tuvo que compensar con 15 millones de euros a sus otros dos hermanos.

El hermano «engañado» sospechó e inició una investigación que permitió descubrir, gracias a un detective privado, la falsedad de la tasación, ya que el edificiosólo valía 18 millones y no 32. El Juzgado de Instrucción número 12 de Valencia abrió una investigación que acabó confirmando el amaño en las tasaciones y que ambos peritos actuaron de común acuerdo para inflar los precios de los edificios con desviaciones del 300% al 600%. De ahí que la titular del Juzgado de Instrucción número 12 de Valencia, Matilde Sabater, ordenara la apertura de juicio oral contra los dos tasadores por un delito de falso testimonio. La acusación particular del hermano «engañado», representada por los letrados Ana María Mejías y Mario Gil, solicitaba para los dos peritos once años de inhabilitación, un año y seis meses de prisión y multa.

Unos hechos que debía juzgar la titular del Juzgado de lo Penal número 6 de Valencia, Begoña Estañ Capell. Aunque la magistrada recoge en un auto que «existen una serie de circunstancias que pueden comprometer la imparcialidad de esta juzgadora, al mantener una relación íntima de amistad desde hace más de treinta años con una sobrina del querellante». De hecho, alega la magistrada, «la madre de mi íntima amiga fue una de las partes que resultó favorecida por los dictámenes periciales emitidos por los acusados». Y añade que el arquitecto acusado «fue el el perito de parte designado por la representación procesal de la madre de mi íntima amiga». Por eso ha decidido abstenerse del proceso porque «si se dicta una sentencia condenatoria contra los acusados por un delito de falso testimonio, puede dar lugar a un recurso de revisión de la sentencia civil, lo que perjudicaría los intereses de la madre de mi amiga». Si, por el contrario, «se dicta una sentencia absolutoria» la jueza alega que «podría pensarse, sobre todo por las acusaciones particulares, que esta Juzgadora podría estar interesada en sostener alguna posición específica». El caso recaerá ahora en otro juzgado.

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