El arte urbano tiene la capacidad de aprovechar algunos de los lugares más degradados de la ciudad para convertirlos en puntos de creación. Más allá del concepto grafiti, muy denostado por su relación con las continuas agresiones de espacio público, la aparición de grandes murales y dibujos en 3D han contribuido a hacer más amables algunas zonas e incluso han logrado generar ciertas rutas visitables con los diseños más aclamados. En el barrio de l´Hort de Senabre, la mal llamada plaza del Escultor Frechina es un buen ejemplo de ello. Un lugar inhóspito, pero con atractivo en sus muros. Otros muros, los del antiguo Parque de Artillería, guardan el futuro y necesario desarrollo de la Creu Coberta, pero de momento vive su particular invierno nuclear.
En el encuentro de las calles Litógrafo Pascual y Pedrones encontramos las paredes de un antiguo negocio industrial. El lugar se puede acceder sin problemas y muchos de los vecinos aprovechan para llevar allí a sus mascotas. Sin embargo numerosos creadores como Duke 103, Miedo 12, Jn2, Reeno, Dosher, Hero, etc, han aprovechado los muros para llenarlos de arte este espacio a priori perdido. Prácticamente todo el perímetro es una gran colección de dibujos, murales y diseños en 3D. Se agradece encontrar en un entorno tan degradado una muestra tan abundante de arte urbano.
La continuación plaza del Escultor Frechina desemboca en la calle Carteros (barrio de Creu Coberta), donde se levantan los muros del antiguo Parque de Artillería. Un inmenso solar propiedad de Sepes, la Entidad Estatal de Suelo, que tiene pendiente de concretar un convenio con el ayuntamiento y la Conselleria para levantar viviendas protegidas y ampliar de los colegios Soto Micó y Santo Ángel de la Guarda. Mientras los vecinos se preguntan si algún día podrán disfrutar de este espacio público desaprovechado.
