Los 26 trabajadores del Balneario Alameda viven horas de angustia ante el inminente cierre del único centro termal de España situado en un centro urbano. Si nadie lo impide, el próximo domingo cerrará definitivamente sus puertas al no poder hacer frente a las deudas que arrastra la empresa concesionaria. Pese a que la situación es crítica, la empresa Mibor Urbana SL no ha dejado de pagar religiosamente las nóminas a los empleados ni tampoco ha vendido servicios a sus clientes más allá del 15 de mayo. Los proveedores también están al día. Pero la compañía del grupo Onofre Miguel presentará el jueves en el juzgado en expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción, según ha podido saber este periódico.

En los últimos meses Mibor Urbana SL ha ido prorrogando la actividad del Balneario Alameda de mes a mes, sin comprometer el pago de nóminas, ni tampoco a proveedores y clientes. Los empleados hablan de «trato exquisito» de la empresa que, sin embargo, no ha podido sortear la insalvable deuda financiera que acumula. El primer paso que dio la compañía para preparar su cierre fue la clausura de su restaurante a finales del pasado mes. A los cuatro empleados de esta sección del centro termal se les concedió un permiso retribuido a la espera de concretar el ERE de extinción.

El resto de los 22 empleados directos contratados „otros cinco más dependían indirectamente del balneario„ se les comunicará en breve el desenlace. Los trabajadores tan solo piden que la compañía les garantice la nómina hasta la liquidación de la sociedad y, mientras llega ese momento, se proceda a concederles un permiso retribuido. Recuerdan que las familias de la mitad de la plantilla dependen exclusivamente de los ingresos actuales del centro termal, por lo que una situación legal sin resolver que se prolongará varios meses sería catastrófica para sus economías domésticas.

La empresa concesionaria, como ya ha explicado en diversas ocasiones con total transparencia, asegura que el canon de 75.000 euros anual es inasumible con las circunstancias económicas actuales. Mibor Urbana SL solicitó al Ayuntamiento de Valencia en noviembre de 2014 una quita de la deuda (que actualmente es de 300.000 euros); el entonces gobierno del PP firmó un preacuerdo con la mercantil que había de ratificar en Junta de Gobierno, pero nunca llegó a darle validez, pese a hacer una reserva de 231.000 euros en el presupuesto de 2015. El nuevo ejecutivo del tripartito, amparado en un informe de intervención, consideró que aquella condonación no era legal y desestimó el acuerdo.

A la búsqueda de inversor

Por su parte, la empresa concesionaria ha buscado en los últimos meses un inversor que se hiciera cargo de los compromisos, pero las negociaciones no han fructificado y el balneario cerrará sus instalaciones, algo que sus clientes habituales ya conocían.

TermaEuropa se hizo con la concesión del centro en 2005 por un periodo de 50 años y un canon anual de 75.000 euros. Ante las dificultades, Mibor Urbana SL, salió al rescate. La dirección de la actual empresa asegura que aquella tasa municipal se hizo con una previsión de ingresos de 3 millones anuales, pero la mercantil nunca ha llegado a facturar más de un millón de euros. A partir de 2012 comenzó a tener problemas económicos y adeuda al ayuntamiento las anualidades desde entonces.

Mibor entró en concurso de acreedores y negoció con sus dos principales acreedores, el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) y el Ayuntamiento de Valencia, una quita de la deuda. Con el IVF llegó a un acuerdo de quita del 50% de lo que le adeudaba, inicialmente un préstamo de 3,5 millones de euros para asumir la remodelación del complejo, que costó 7 millones. Con el consistorio hubo principio de acuerdo, pero el PP no lo ejecutó, según explicó la mercantil.

La concejala de Patrimonio, María Oliver (València en Comú), rechazó posteriormente este convenio al considerar que el Ayuntamiento no puede financiar a empresas privadas y asumió esa «herencia envenenada» que recibió del anterior ejecutivo popular.

El pasado mes de diciembre los trabajadores del complejo termal se reunieron con la concejala para exponerle su dramática situación y aunque entendieron que el consistorio debe velar por la buena gestión de los recursos públicos, consideran que también ha de atender la situación de las 26 familias afectadas. Le pidieron a Oliver que fuera preparando un nuevo pliego de condiciones para cuando se confirmara la quiebra de Mibor, pero la regidora les explicó que no podía dar pasos en este sentido hasta que no se resolviera la situación. Los trabajadores consideran que se está perdiendo un tiempo vital para la surpervivencia del Balneario Alameda, ya que debido a su complejo sistema de mantenimiento, si está mucho tiempo sin funcionar, se echará a perder.