Los hosteleros del Paseo de Neptuno reclaman a los nuevos responsables del Consorcio Valencia 2007 que acometan el derribo de la valla metálica y de hormigón que existe entre el edificio de los Docks y el paseo marítimo. Este vallado formada parte del perímetro de seguridad que se construyó para la Copa del América. Ahora que ya no hay grandes eventos y que lo que se pretende es abrir la marina a la ciudad para revitalizarla, «la valla ya no tiene ningún sentido, además, afea el entorno», afirman los hosteleros. «Se trata de un obstáculo para los peatones y turistas que tienen que dar un rodeo para poder entrar o salir», explicó el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de la Playa de las Arenas, José Miguel Bielsa.

El Consorcio Valencia 2007 ha llevado a cabo varias actuaciones en los últimos años para mejorar la movilidad en la marina real y eliminar barrera. En su día se derribo parte del vallado perimetral para conectar la marina real con el paseo marítimo. El Consocio, sin embargo, no tiene previsto demoler este último tramo de valla porque es un buen mecanismo para evitar el botellón y los problemas de suciedad y deterioro del espacio público que esta práctica lleva aparejados.

El Consorcio, a propuesta de los hosteleros de la Marina Real Juan Carlos I, que también defienden mayor permeabilidad de la marina real con las playas y el paseo marítimo, están estudiando la posibilidad de abrir una nueva puerta «corredera» en el enrejado existente, a la altura de la zona de restaurantes. La puerta, de entre cuatro y cinco metros de ancho, estaría abierta por el día pero se cerraría por la noche para preservar del botellón, en la medida de lo posible, las zonas ajardinadas y amplias explanadas de la marina.

Esta nueva puerta sería la tercera en el tramo de valla que aún separa la marina real del paseo marítimo puesto que ya tiene un acceso peatonal con el paseo marítimo y otro para coches, a la altura de los Docks, donde hasta principios de año funcionaba una discoteca.

El botellón se ha convertido en los últimos años en un quebradero de cabeza para los gestores de la marina y para los hosteleros de este enclave que quieren convertirlo en un espacio de ocio diurno y nocturno de calidad.

En los meses de verano, la práctica del botellón, pese a estar prohibida por la ley, se traslada del centro de la ciudad al frente marítimo, lo que en los últimos años ha generado importantes costes de mantenimiento y limpieza al Consorcio Valencia 2007. La valla del puerto, que atravesaba JJ Dómine y Marcos Sopena, separó durante años la dársena interior de la ciudad. La Copa del América supuso su derribo, aunque dio paso a otro cerramiento de seguridad que se resiste a desaparecer definitivamente.