El PSPV, como socio de gobierno, aplaudía la medida, aunque sólo a medias, y desautorizaba las quejas del delegado de gobierno. El portavoz municipal Joan Calabuig calificó de «lógico y normal» que haya «señales de tráfico en valenciano», aunque no por ello dejó de remarcar que «no es normal la exclusión sistemática del castellano en las señales». Por ello, pidió «sentido común» y recordó que «el problema histórico lo tiene el idioma valenciano por su marginación en la sociedad». Y, a la vez, cargó contra el Partido Popular al asegurar que detrás de esta denuncia del delegado «sólo se busca tensionar a la población en un periodo preelectoral porque están en fuera de juego. Buscan divisiones en temas simbólicos».

El grupo municipal popular, por lógica, apoyó la denuncia de Juan Carlos Moragues. Lo hizo en la persona del edil Alberto Mendoza. «La normativa sobre tráfico y seguridad vial es clara y obliga a que las señales e indicaciones estén en castellano y permite que también lo estén en castellano y valenciano. El ayuntamiento se ha saltado la norma sin importarle en absoluto su cumplimiento».

Apuntó como principal motivo para el bilingüismo «la gran cantidad de turistas que llegan a la ciudad y que les será mucho más fácil poder leerlas también en castellano». para el portavoz del PP, se trata de «una nueva ocurrencia del concejal Grezzi».

«Solo en valenciano es ilegal»

El concejal de Ciudadanos Manuel Camarasa, por su parte, abogó por la fórmula doble. Así, recordó que la Ley de Tráfico exige que las indicaciones se expresen «al menos» en lengua española, por lo que ponerlas sólo en valenciano «es ilegal». Por ello, «desde Ciudadanos queremos, por encima de todo, que se respete la ley y apostamos porque las señales sean bilingües y estén tanto en valenciano como en castellano».