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Cañas y barro

Universitarios estigmatizados

Universitarios estigmatizados

Es de agradecer que a nuestros gobernantes autonómicos y locales no les asusten las elecciones. Algunos, ingenuos, pensaban que se mantendrían agazapados sin dar mucho la cara para no dejar ver la auténtica radicalidad de su política durante la campaña. Creían que esperarían unos meses para no ahuyentar a sus votantes más moderados, pero no, es evidente que andan ansiosos por imponer sus ideologías y por erradicar todo lo que pueda ir en contra de su manera de ver las cosas. Y digo que es de agradecer porque si algunos todavía dudaban de ese sectarismo, ahí tienen otro botón de muestra: la política universitaria. Primero fueron las becas y ahora las prácticas. El objetivo está claro: estigmatizar a los alumnos de las universidades privadas. Marcarlos como indeseables frente al resto, como indignos o inapropiados destinatarios de cualquier apoyo procedente de las administraciones públicas. No sé ustedes pero yo esperaba esto, y más, de algunos nuevos cargos de Compromís. Ahora, lo que me mantiene totalmente anonadada es el servilismo de los socialistas a la nueva política educativa. Después del disgusto dado a los alumnos de las especialidades sanitarias en las privadas vetándolos a que realicen las prácticas en hospitales públicos, el Sr. Puig sale al paso de la polémica asegurando que no se descarta que esta misma medida se aplique también a los alumnos de otras especialidades, como magisterio.

Por el trato que están recibiendo los miles de alumnos que hoy cursan sus estudios superiores en las tres universidades privadas podríamos interpretar que provienen de familias multimillonarias; que sus padres no pagan impuestos y que no merecen ni el mínimo reconocimiento a su esfuerzo. Si esto sigue así, cualquier día vemos a los estudiantes de la privada con una insignia en la chaqueta o un brazalete para que todos sepamos de donde vienen. Compromís, a imagen y semejanza de sus ídolos catalanes, lo tenía muy claro: lo primero la educación. Si uno dirige la conciencia de quienes todavía no se han formado tiene el poder asegurado. Cualquier totalitarismo ha actuado y actúa de esa manera. Es una estrategia para erradicar la pluralidad sin que se aprecie a corto plazo pero garantizando la uniformidad de pensamiento en el futuro. Lo que hoy le está pasando a nuestra tierra es una triste manifestación de que la historia se repite; que nunca vamos a aprender; que, como dice el proverbio: «El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra» . Perdonen mi pesimismo, es pasajero pero no injustificado. Nuestro bienestar, nuestra seguridad y nuestra libertad se pueden tambalear. Lo que tanto ha costado conseguir, el esfuerzo de generaciones que trabajaron para construir un país con una calidad de vida envidiable, puede irse al garete.Nuestro sistema está basado en la libertad, en la tolerancia, en la pluralidad? En la coexistencia y complementación de lo público y lo privado. Pero todo eso a los nuevos sólo les gusta para las pancartas, ya se guardan ellos de que esos principios no atraviesen las puertas de sus despachos institucionales una vez situados en el poder. No hay por qué dejarse llevar, tenemos medios para poner límites. El 26 de junio podría ser el día.

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