Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La inmensa minoría de Rafa Prats

La inmensa minoría de Rafa Prats

Por culpa de la dislexia de mi temible agenda no asistí al acto de la presentación del libro de Rafael Prats. Menos mal que hablé con José Seguí que me acercó el libro coordinado por él y por María Jesús Marco, y puedo así pagar mi deuda, no con Rafa, que está en el misterioso más allá de todo, sino conmigo misma, con esos lunes en los que lo primero que leía del periódico eran sus artículos? Tenía un don especial de acercar la cultura y el arte a la íntima cotidianidad, sin ninguna pretensión para gentes, que como él decía, caminábamos por la ciudad. Lo releo ahora y casi escucho su voz, una voz en la que había ecos de radio. Sus artículos reflejan la profunda profesión de periodista: Ser uno mismo, contando lo justo y dejando al lector la opinión sin imposiciones...

Recuerdo una tarde en el estudio de Anzo, grandes amigos y grandes conversadores?Hablaron sobre la prostitución del arte. Anzo había pintado una copia de un magnífico Legére encarcelado entre barrotes en la feria de arte. Rafa había escrito: «Porque al arte se llega por infinidad de caminos, pero nunca por la vía de negocio» y añadía con esa sutileza llena de ironía «(...)el arte es un valor de uso y no de cambio. El arte es producto de usar y tirar. Claro que lo puedes estar usando toda la vida, sin que se gaste, obteniendo de él renovados enriquecimientos... Exactamente lo contrario que sucede como un valor de cambio».

En un pacifico silencio, roto, de vez en cuando por sonidos de campanas, releo sus artículos que el tiempo no se lleva?y apoyo mis inseguridades en lo que él decía no tener nada claro?Era un rebelde cuyas armas eran la voz y la palabra: «Confieso humildemente que no estoy de acuerdo con nada ni con casi nadie?.Soy tan unamuniano que no estoy de acuerdo ni con don Miguel de Unamuno? tendré que acudir a un psicólogo conductista.

O ingresaré en una secta, pues afirman que te lavan el cerebro y, así, es posible que me conforme, que todo lo vea bien, de color de rosa?. No me puedo escapar de mi pensamiento, forma parte de mi naturaleza y no me gustaría que se me extirpara. Deseo ser yo mismo, al completo, sin amputaciones, sin prótesis. Como Ulises, no quiero ser dios, asumo mi inmortalidad y esa asunción lleva implícito todo lo demás: sentir, pensar, sufrir, gozar, rabiar, tragárselas?». Ese era Rafa, quien se defendía de la vida con el propio pensamiento y por vía del humor.

Reflexiono sobre la inmensidad del pensamiento, sometido a múltiples contradicciones, que ignoro si llevan a la verdad. ¿Por qué necesitamos tanto lo concluyente?

¿Qué escribiría Rafa sobre la política actual? él, que en el 2007 decía: «(?) Soy, lo reconozco, políticamente incorrecto...

Para subsistir en esta sociedad, que se dice demócrata, es menester la corrección política, algo así como la gracia santificante, y, si no cuentas con ella, si no tienes fe, te callas. Y es que debes respetar a los demás „ aunque ellos no te respeten„ que para algo son la inmensa mayoría y vienen avasallando cosa fina».

Toda la gente de la cultura acudió al acto, me comenta Marco, fue casi mágico. Me recuerda las veces que charlábamos y reíamos los tres en la cafetería del Rialto antes de algún estreno?

Me asomo al balcón y veo como una pacífica sombra pasea entre las nubes.

Compartir el artículo

stats