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A la desesperada

A la desesperada

Es evidente que esta campaña para las elecciones generales carece de la frescura de convocatorias anteriores. La solución es agudizar al máximo la capacidad política de los partidos y ofrecer un mensaje diferente que consiga llegar a los electores. No es cuestión de presupuesto, en todo caso de un trabajo más constante y cercano. ¿Fácil? En absoluto. ¿Complicado? Bastante. Las sugerencias y las ideas se agolpan, pero la cordura, el respeto y la tolerancia no deben de ignorarse. Y creo que ahí ha podido fallar la campaña del PSOE. Cuando uno hace las cosas «a la desesperada» corre ese riesgo y está claro que ver el precipicio al que se asoma el histórico partido ha podido ser la causa de la enorme metedura de pata de su último vídeo.Con el único objetivo de ridiculizar al presidente en funciones han conseguido desviar el tiro y ofender al máximo a las miles de personas que cada día luchan por sacar su pequeño negocio adelante : los comerciantes.

Reírse de todas esas mujeres y de todos esos hombres que se han enfrentado en solitario a una crisis de dimensiones descomunales; que cada día suben la persiana de su local para ofrecer un trato cercano y amigable a sus vecinos. Esas familias para las que los beneficios son escasos y las vacaciones menos y que no saben lo que es una huelga, casualidades de la campaña, hicieron que estuviera hablando con muchas de ellas precisamente el viernes pasado en nuestro recorrido electoral por diferentes barrios de nuestra ciudad , en este caso visitando a los comerciantes de Benimaclet .Y qué casualidad, ellos han sido el último objetivo de mofa de los vídeos socialistas.

La actual cúpula del PSOE no deja de mirarse en el espejo de Podemos, y así les va. Olvidan que más allá de las modas, de lo molón y lo guay , hay todo un país serio y trabajador que ha llevado nuestra economía a los primeros puestos y ha dado empleo y bienestar a millones de personas. Olvidan que gracias al trabajo y los impuestos de estos comerciantes se han ido construyendo autovías, colegios y hospitales. Poco a poco, pero con mucho esfuerzo y dedicación. El pequeño comercio es una base fundamental e imprescindible para nuestra economía. Es evidente que su capacidad y sus estrategias comerciales son incomparables con las de los grandes, pero la vertebración que ofrecen a los barrios y a los pueblos garantizan el acceso de todos los ciudadanos a los productos más necesarios. Un servicio cercano, humano y personalizado como el de tantos buenos comerciantes de Benimaclet donde está clarísimo que no tienen competencia.

No todo vale en una campaña electoral. Está claro que unos han optado por IKEA y otros por los pequeños comerciantes. Pero no se puede olvidar que detrás de esos mostradores hay personas y por mucho que nos ciegue nuestro objetivo, alguien debe hacernos ver los daños colaterales de la ofensiva. En esta, y en todas las campañas, la única meta debería ser mostrar lo bueno que yo tengo, ofrecer expectativas de futuro aportando seguridad y confianza. Es evidente que la política está en todo: en la educación, en el trabajo, en la sanidad, en la seguridad, en el medio ambiente€Actuemos con cordura, no nos precipitemos, no vayamos «a la desesperada».

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