El Ayuntamiento de Valencia ha decidido «voluntariamente» no izar la bandera azul de la playa de Pinedo porque es incompatible con la creación de la nueva zona para perros en esta misma parte del litoral. Sin embargo, y tras consultarlo con la Fundación para la Educación Ambiental, la ciudad mantiene el reconocimiento que certifica la excelencia de esta playa, aunque no exhibirá el galardón para no contravenir lo que especifica la guía de interpretación de los criterios para la concesión de banderas azules que elabora esta organización no gubernamental. Con esta medida, el gobierno de Joan Ribó pretende que el organismo que otorga las enseñas reconozca en el futuro que la presencia de canes es compatible con los cuatro criterios básicos: la calidad de las aguas de baño, la información y educación ambiental, la gestión ambiental y seguridad, y los servicios e instalaciones.

Por primera vez en la historia de la ciudad, las ocho playas de la ciudad de Valencia lograron la certificación de bandera azul que reconoce la excelencia de sus instalaciones y la calidad de sus aguas. Desde el pasado 15 de junio siete de las playas exhiben ya el distintivo, excepto la de Pinedo, que no se ha izado por voluntad expresa del Gobierno local. Ese mismo día se inauguró en la pedanía la pequeña zona delimitada para perros, lo que según las normas de la Fundación para la Educación Ambiental invalida conseguir la bandera azul. Pero tras una conversación de la concejala Pilar Soriano con los responsables del organismo regulador, se le dio la opción al consistorio de, o bien renunciar al reconocimiento, o bien no exhibir la enseña. De esta manera oficialmente Pinedo cuenta con una playa excelente, pero no alardea de su condición.

La decisión de no izar la bandera azul da respuesta a otro compromiso que había adquirido el Gobierno liderado por Compromís, el de delimitar una playa para perros. Se trataba de una las promesas electorales de la formación valencianista, que recuerda que la zona acotada cuenta con persona que informa de las buenas prácticas que hay que hacer, además de papeleras con bolsas para recoger excrementos y un horario delimitado durante la campaña de verano, que es cuando estará operativa esta playa para perros.

El Ayuntamiento de Valencia se ha convertido en uno de los consistorios con mayor conciencia animalista del Estado y considera que algunas necesidades que demanda la sociedad, como las playas para perros, van muy por delante de la normativa reguladora. Consideran que su apuesta por la zona de canes en Pinedo es una oportunidad para que la Fundación para la Educación Ambiental replantee su guía de buenas prácticas y admita que la presencia de perros no afecta ni la calidad del agua ni provoca efectos negativos sobre otros usuarios. La organización no gubernamental analizará este verano el impacto de esta medida, pero hasta dentro de un año no conoceremos su decisión.