Uno de los grandes logros del Gobierno bicolor de la Generalitat Valenciana tiene mucho carácter semántico y simbólico. Desde el primer momento de su formación consiguieron transmitir a la ciudadanía el concepto de «Govern del Botànic», en referencia al lugar en el que firmaron los acuerdos programáticos para su mandato. Más tarde el Govern del Botànic también logró reconocimiento a nivel estatal por el buen funcionamiento entre los partidos que lo forman, PSPV y Compromís. Tanto es así que se comenzó a hablar en los medios de un gobierno «a la valenciana» como ejemplo de convivencia entre diferentes sensibilidades políticas que se habían unido por una política común progresista. Aquel eslogan acabó convirtiéndose en una coalición política en las pasadas elecciones generales del 26J.

Al contrario que en la Generalitat, el gobierno local del Ayuntamiento de Valencia formado por Compromís, PSPV y València en Comú fue rápidamente identificado como el «tripartito», término que la derecha trató de «demonizar» una y otra vez tras la experiencia en el ejecutivo catalán anterior al actual, de 2003 a 2006, formado por Esquerra Republicana, PSC e Iniciativa per Catalunya.

Pero el ejecutivo municipal que preside Joan Ribó también basó su política programática tras un acuerdo histórico firmado en la Universitat de La Nau. Aquel espíritu de consenso ha salido a relucir estas últimas semanas para explicar cómo funciona la toma de decisiones entre Compromís, PSPV y València en Comú, que no siempre coinciden en sus ideas.

Así, el equipo de gobierno local está tratando de hacer un esfuerzo pedagógico estos últimos días para transmitir el concepto de 'Govern de la Nau' y alejar la terminología de 'tripartito', que tanto PP como Ciudadanos usan exclusivamente con connotaciones negativas para denunciar los errores de los socios de gobierno. Govern de la Nau comienza a ser un término habitual. El primero en usarlo fue el socialista Ramón Vilar para explicar que como el «bou embolat» no formaba parte de los acuerdos programáticos de La Nau, él tenía libertad para defender la defensa de esta tradición frente a las tesis abolicionistas del resto de sus socios, incluidos los de su propio partido.

Pero el Govern de la Nau goza de gran salud, según los socios. Ayer lo escenificaron el propio Vilar y el concejal de Compromís Carlos Galiana. «La convivencia en el equipo de gobierno es muy buena. Si yo estuviera al ciento por ciento de acuerdo con mis socios, seríamos del mismo partido y tampoco, porque ni siquiera estoy al ciento por ciento de acuerdo en ciertos aspectos con mi propio partido», aseguraba el regidor socialista, titular de la cartera de Hacienda.

«Mucho ruido no es crisis»

Vilar reiteró que «hasta ahora», el Govern de la Nau «está funcionando extraordinariamente». «Una discrepancia puntual es mía, no de partido ni de equipo de gobierno. Es una cuestión (la del bou embolat) de comprensión cultural de las cosas. No significa crisis de gobierno, aunque entiendo que es una cuestión espectacular que genera mucho ruido. Pero no insistan, el gobierno de la ciudad funciona muy bien», aseveró el edil del PSPV.

Carlos Galiana recogió el guante y se expresó su visión gráficamente: «Mirad, yo soy antitaurino y estoy a su lado. Cada uno hace la literatura que quiere de este tema, pero trabajamos perfectamente con todas las áreas sin problemas. Podemos estar todo el día con ello en los diarios, pero yo veo que el trabajo del día a día se hace y se hace muy bien. No he visto dificultades».