Mariano Bolant nos recibe en la sede del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia que está de aniversario, cumple medio siglo y en breve llevará a cabo una remodelación para abrirse al público. El presidente, desde hace dos años, de los arquitectos valencianos reivindica la función social de esta profesión y valora la valentía del ayuntamiento en el proceso de peatonalización del centro.
Ha llegado al colegio en los peores años de la crisis.
Mis dos años y los cinco anteriores [en los que fue vicepresidente del CTAV] han sido años muy duros, pero el balance es positivo porque hemos conseguido mantener una posición estable y sin deudas del colegio, cosa que otros no han podido. Tenemos 2.500 colegiados en la provincia. Hemos pasado apreturas pero las hemos superado en un panorama difícil en el que se han cerrado muchos despachos. La crisis ha tenido un impacto muy fuerte pero también nos ha dado amplitud de miras.
¿Cuál es la situación actual y el futuro de la profesión?
El panorama es duro, no hay un mercado claro laboral y la gente se ha tenido que marchar fuera, lo cual es un crimen porque nuestra formación es muy buena. Nuestra principal fuente de ingresos ha sido el visado y estos años han bajado un 90%. Por eso los colegios estamos reinventándonos y ofreciendo otros servicios de información y formación. Ahora hay otras maneras de entender la arquitectura, con el diseño, el urbanismo, la rehabilitación y el paisaje, en temas como la huerta. Los arquitectos tenemos mucho que decir y nuestra función es velar por la calidad de vida. Podemos aportar mucho en diseño y en estrategia. Por eso pedimos a la Administración que cuente más con nosotros, que se nos oiga más, a nosotros y a otras profesiones.
Les han pedido que participen en la remodelación de la plaza de Brujas.
La Conselleria de Obras Públicas nos ha pedido que participemos en la elaboración de las bases del pliego del concurso de ideas para la plaza de Brujas y Barón de Cárcer, una intervención que va a permitir resolver el entorno del Mercado y María Cristina de una manera coherente. Va a conllevar una transformación importante. Valoramos la valentía en el tema de la peatonalización por parte del ayuntamiento. Nosotros lo apoyamos y estamos por la labor de hacer de la ciudad un espacio amable. A veces el primer paso es difícil pero hay que seguir adelante, planificar y tener una visión de conjunto de la ciudad.
¿Cómo debe resolverse un espacio tan monumental y a la vez tan degradado como Brujas?
Peatonalizar es peatonalizar hasta la médula, no puedes hacer una zona peatonal y meter carriles de tráfico, pero tampoco puedes obviar que hay un transporte público y gente que necesita llegar con el coche hasta su casa. Va a ser difícil contentar a todo el mundo. La plaza de Brujas tiene mucho que ver con el aparcamiento de Brujas y con Barón de Cárcer. Hay quien apuesta por la bidireccionalidad de Barón de Cárcer, pero yo creo que hay que potenciar la llegada al «parking» de Brujas y facilitar la salida. Hay que dar más valor a la llegada para la gente que va a comprar al Mercado Central, que es un hito y un lugar emblemático en su arquitectura y su función. Barón de Cárcer, que en su día fue el principal eje comercial de la ciudad, es una asignatura pendiente. Brujas será más un espacio de llegada y de salida que de estar allí. Para eso daremos la vuelta y tendremos la Lonja, la Plaza del Mercat, con la plaza del Doctor Collado con un espacio peatonal, más amable, de calidad y para estar. La plaza de Brujas no llegará a tanto pero servirá para resolver la llegada del transporte público y privado al Mercat. Coincido con el alcalde [Joan Ribó] en que el orden de prioridades ha de ser: el peatón, la bicicleta, el transporte público y el coche. El transporte público es fundamental y hay que hacer un análisis de qué transporte público queremos para el centro de la ciudad. Por sus dimensiones la flota de autobuses que tenemos no entra en el centro.
¿La plaza del Ayuntamiento la ve peatonal?
La veo en una gran parte peatonal. Lo que no es normal es una plaza de carácter institucional con cinco carriles de circulación y dos bandas de aparcamiento a los lados, eso no lo veo para nada. Luego tienes Marqués de Sotelo que por su escala, más ancha que larga, podría ser un pequeño bulevar, restringiendo y reconduciendo el tráfico, que en la actualidad apenas va a ningún sitio, y con verde.
El Cabanyal es un filón en materia de rehabilitación.
La rehabilitación debe ser uno de los motores. La ciudad no puede crecer, está acotada, debe mirar hacia adentro y recuperar su centro histórico y su impresionante patrimonio. En el Cabanyal se han generado dos bolsas de trabajo, una para hacer informes de evaluación de edificios privados y otra para rehabilitar una veintena de edificios de titularidad municipal. Es un comienzo, aunque el barrio tardará tiempo en recuperarse. El Cabanyal es un barrio emblemático y hay que revitalizarlo. Recuperar la trama urbana y arquitectónica es importante pero también la vertiente social. Es fundamental que el ayuntamiento lleve al Cabanyal los servicios que tiene el resto de la ciudad: colegios, centro asistencial, centro cívico, etc..
¿Qué es más prioritario resolver, las carencias de los barrios o las grandes infraestructuras como el Parque Central?
El Parque Central es importantísimo para la ciudad porque resolvería muchas cosas. No es solo un parque en superficie que coserá barrios divididos, también resolverá el tráfico. Se ha demostrado en otras ciudades que llevar las infraestructuras ferroviarias soterradas hasta el centro es fundamental. Soluciones alternativas para el soterramiento como las que se plantean puede haberlas, pero la solución propuesta, con la estación central, el túnel de acceso y el eje pasante, es la mejor y ha sido suficientemente consensuada. No quiero renunciar a priori a la mayor. Es algo que nos falta en Valencia y que se está dando a otras ciudades. Estamos hablando de ciudades sostenibles y de minimizar el tráfico y aquí se siguen poniendo trabas.
