Valencia celebró ayer el 125 aniversario de su Batalla de Flors a lo grande, con más de un millón de claveles naranjas y amarillos como proyectiles que no matan ni tan siquiera hieren. De esos que hacen tanta falta en los tiempos tan convulsos que vivimos. Sirven para celebrar que la ciudad ha vivido ya su gran Fira de Juliol, con una guinda que ayer contaba con más de 4.300 asistentes.

La de ayer fue la guerra floral más grande vista en décadas en la Alameda. Había más gente, más carros y también más metros de distancia por recorrer para las obras de arte rodantes que durante más de una hora desfilaron ante el jurado y público que había llegado con abanicos y sombrillas para combatir el calor.

Afortunadamente, según fue avanzando el acto festivo la temperatura bajó considerablemente, lo que ayudó a coger energías para la batalla que se retrasó hasta las últimas luces del día. Un recorrido más largo hizo que la fiesta se alargara.

La música tradicional y también moderna en valenciano animó las horas y las Senyeras se colocaron este año separadas, evitando así la crítica que el año pasado hizo el Partido Popular de que se solapaban y había poco azul a la vista. En este ámbito, en el de la política, ayer se pudo ver junto al alcalde Joan Ribó al delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, y al conseller de Hacienda, Vicent Soler. En el palco de autoridades hubo presencia de todos los grupos municipales que se lanzaron al ataque encarnizado una vez sonó la carcasa que da vía libre al lanzamiento. Soler y Ribó, junto al concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, fueron algunos de los que mas disfrutaron del momento. Incluso a Ribó le cayó por encima alguna «poalà» inesperada de claveles.

Por lo que respecta a los premios más destacados, el galardón Barón de Cortes fue a parar a la carroza «Fades de Primavera», con la fallera mayor de 2016 Alicia Moreno y la Corte de Honor, mientras que el primer premio de la sección especial fue para «125 aniversari», de la Bellesa del Foc de les Fogueres d´Alacant.

Con el suelo cubierto de pétalos, sonrisas y olor floral en el pelo se puso punto y final una batalla que fue «trending topic» en España.