El establecimiento de nuevas zonas con limitación de velocidad y la instalación de cámaras en el Barrio del Carmen son las novedadesque se avecinan en la reorganización del tráfico en la ciudad, esas medidas que ahora se les llama «pacificación». Están a la vuelta de la esquina y lo mejor que se puede decir de ellas es que, gusten más o gusten menos, no son producto de la improvisación: todas ellas estaban planificadas desde hace meses. Y tampoco son promesas que se dijeron tiempo atrás y que han quedado en el baúl del olvido.

Las cámaras de vigilancia de tráfico, tanto en la ciudad como en carretera, se asocian a un concepto: velocidad. El que se pasa, foto y multa. Las que formarán parte del paisaje urbano del barrio del Carmen serán de otro tipo: disuasorias para que no entren en sus calles nadie que no tenga motivo para estar allí. Dicho de otra manera, no se te ha perdido nada en esas callejuelas si no resides en las mismas. Es la siguiente fase dentro de la pacificación del Carmen aunque Giuseppe Grezzi reconocía que «de acuerdo con los tiempos de licitación, estarán preparadas a finales de año o primeros de 2017».

El edil subrayaba que «no se trata de un "Gran Hermano" que vigila nuestros movimientos, sino una medida que pretende alcanzar algo que no hemos inventado nosotros: que el centro de la ciudad no es para ir en coche más que por vivir allí, por la actividad comercial, hospedarse en un hotel, recoger a una persona mayor o discapacitada, pedir un taxi y poco más». Estas cámaras (que tienen un lector de matrículas, las cuales se trasladan a una base de datos que detecta si el vehículo está autorizado o no) son un mandato de los presupuestos participativos de los vecinos, por lo que su palabra es ley. «Nos hemos documentado en modelos como Madrid, que lleva funcionando desde hace años. Esta será menos ambiciosa, pero estarán en zonas muy estratégicas. Tiene su protocolo de información, sus alegaciones... trabajaremos sobre la experiencia previa. Creo que con el paso de poco tiempo aprenderemos a que el centro de ciudades como Valencia son para otro concepto de tránsito. Hay barrios especiales en los que se tiene que privilegiar otro tipo de desplazamiento».

El siguiente paso es la extensión de las zonas de velocidad limitada a 30 kilómetros por hora. Barrios como Benimaclet (el primero que se acometerá), San José, Sant Marcel·li y Russafa serán los siguientes y no andarán lejos otros como Patraix o Campanar en sus centros históricos. La última zona de la ciudad en restringirse fue la fachada marítima. Grezzi aseguraba que «no tenemos todavía datos para poder hacer un balance por ser época de vacaciones, pero era necesario para no convertir el acceso a las playas en un problema».