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La trastienda

Días de perros

Días de perros

a decisión municipal de prescindir de una bandera azul en una de las playas de la ciudad a cambio de poder ofrecer una zona habilitada para perros, de momento se salda con un éxito total de asistencia. La dificultad hasta ahora para aquellas personas que desean ir con animales ha provocado que se acogiera con entusiasmo la medida, que no ha sido, sin embargo, del agrado de todas las partes. Una vez más cuesta conciliar y apaciguar las aguas una vez entra en juego la economía y el concepto de negocio, cuestión por otro lado totalmente entendible. Y es que la hostelería de la zona anda mosqueada con todo esto.

Hace tan solo unos meses saltaba la buena noticia. La ciudad de Valencia recuperaba el pleno en sus ocho playas urbanas. Tan solo unas semanas después, el ayuntamiento anunciaba la viabilidad del tramo de Pinedo para que los perros pudieran utilizarla, perdiendo así el distintivo que tanto anhelan casi todas las partes implicadas. Y es que no solo la calidad del agua es el indicativo que otorga la bandera azul. También la información y educación ambiental, gestión y seguridad, y, una muy importante: los servicios e instalaciones. Cómo no, la habilitación del tramo para animales es absolutamente incompatible. Y así se decidió, a pesar de todo, aún habiendo conseguido el pleno total unas semanas antes.

Cierto es que la hostelería anhela este tipo de distintivos. Suelen ser garantía inmediata de afluencia de bañistas. Es curioso cómo nos afectan este tipo de cosas. Posiblemente, en cualquier otra zona podemos gozar de un agua impoluta y cristalina aunque no se goce del galardón. Quizás porque no se cumplen otro tipo de requisitos que en ese preciso momento no nos son necesarios, pero el ciudadano necesita saberlo, ver cómo ondea en lo más alto del mástil ese trozo de tela azul que certifica tantas cosas, como la seguridad de que un organismo internacional ha dicho sí, motivo más que suficiente para poblar esa playa como nunca antes se hizo. Es curioso lo que hace un logo en la actualidad.

Es la Fundación para la Educación Ambiental, organización sin ánimo de lucro, la que se encarga de llevar acabo el Programa Bandera Azul, que comenzó en los años 80 en Francia y que ya en 2001 aglutinaba una gran cantidad de países no solo del continente europeo. Precisamente ese año Sudáfrica se unía al resto.

Valencia y su litoral siempre han estado ahí, y cada año se espera el ansiado listado para saber de cuántas banderas disponemos. La llegada de un partido político diferente al Ayuntamiento ha cambiado muchas cosas, entre ellas la conciencia ecológica y mayor inversión en la defensa de los animales. Quedaba claro que esta medida no iba a contentar a todos, y a buen seguro la hostelería se ha visto dañada por la decisión, pero la parte positiva es el baremo que se utiliza para llevarlo a cabo y el no desplazar a personas que quieren desde hace mucho disfrutar con sus animales de un baño sin la necesidad de verse desterrados o deportados a zonas lejanas y apartadas.

Otras zonas también gozan de esta tipología de playas cerca de Valencia: El Campello en Alicante y Gandía. También algo más lejos: Tarragona, Girona, Las Palmas, Pontevedra, Huelva o Málaga. Con todo esto quedan claras dos cosas: que hacía falta una medida de este tipo en la ciudad y que la hostelería se resiente por ello. En definitiva, nunca llueve a gusto de todos.

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