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Los veranos valencianos de otros tiempos (I)

Los veranos valencianos de otros tiempos (I)

La absurda ubicación del grupo mixto en el Parlamento ha provocado mi escapada en bici hacia otros tiempos, hacia playas de fina arena, en un histórico barrio de gran polémica.

En marzo de 1852 se inauguró el ferrocarril de Valencia al Grau. Se repartió un poema de Salvador Estellés: «Gloria al Ferro-carril, que nos pasa/ Desde el Grau á Valensia del Sit; / Del vapor els oits nos traspasa/ El chiulit, el chiulit, el chiulit/?»

La construcción de ferrocarriles y la suscripción de sus acciones produjo desenfrenada carrera hacia la especulación. Se vieron implicados políticos y el auge de los bancos creó una sociedad financiera abusiva. (Historias que no cambian)

La Feria de Julio de 1871 fue instituida por el Ayuntamiento con el fin de retrasar la salida veraniega de las familias acomodadas y favorecer el comercio de la ciudad. La modernidad impulsaba el teatro, la ópera, los toros y sorprendía la novedad del cine?.

A. Zarranz promovió el Balneario de Las Arenas. Se inauguró en 1888: baños de ola y de mar calientes para personas con traumatismos, artritis o enfermedades nerviosas.

Un acontecimiento del que la elite imaginaba vivir la «belle époque».

La construcción era de distintas alturas. Ocres, blancos y azules, encuadrados por tapiales encalados que duplicaban el sol, sobre los que se desbordaban adelfas y buganvillas. En la playa se conservaban les barraquetes de madera, alargadas con dos pasillos de cabinas cubiertas de lona. La separación de sexos era rigurosa.

Por las tardes, la banda de Pueblo Nuevo del Mar ofrecía conciertos que puntualmente se anunciaban en la prensa. Y en 1907 dos equipos de fútbol destacan en el Cabanyal: Cabañal y Lo Rat Penat. En 1909 el Cabañal pasó a llamarse Levante UD.

El complejo contaba con un amplio pabellón flotante, obra de Carlos Cortina de 1925, que se montaba cada temporada, construido con vallas de tablones que lo cerraban a ambos lados. El pabellón estaba pintado en blanco y azul, anclado dentro del mar, parecía una embarcación en reposo.

En la primera década del novecientos el balneario cambió de fisonomía. Se edificaron dos pabellones que parecían templos helénicos por sus columnas, que contrastaba con la ampliación racionalista que en 1933 harían los arquitectos Gutiérrez S. dirigiendo la obra Cayetano Borso. Renau inmortalizó en un espléndido cartel las imágenes icónicas de la piscina.

La burguesía edificaba casas de estilo modernista. Confluían en un ejemplo insólito del modernismo de la burguesía y el modernismo sencillo del saber popular de obreros y pescadores con interpretación propia: una arquitectura en la que propietario y maestro de obras conjugaban sus ideas de creación libre, denominada: Modernismo Popular; ecléctico, decorativo con azulejo valenciano, cerámica vidriada vinculada directamente a cada edificación, desde expresiones muy sencillas a algunas de gran complejidad.

En sus cuadros, Cecilio Pla, plasmó una playa de baño vespertino y damas ataviadas con elegancia... Entre 1914 y 1930 se aprecian los cambios en las costumbres, en el diseño de la ropa, sombreros y gorros de baño, en las sombrillas de colores y en las sillas que pueblan la orilla.

He vuelto a la ciudad con la preocupación del destino de este barrio?

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