El grupo municipal de València en Comù ha tenido que afrontar este verano una nueva crisis interna. Si primero fue el reparto de los excedentes salariales, ahora han sido los asesores, pues según fuentes de la formación, uno de los concejales, Berto Jaramillo, decidió «despedir» a dos de estos cargos de confianza y el plenario no sólo lo impidió sino que se lo reprochó. Jaramillo ha admitido que propuso unos cambios de asesores porque «no estaba cómodo», pero niega que los quisiera despedir. A su juicio, todo ha sido un «malentendido».

Según ha podido saber Levante-EMV, el concejal del Ayuntamiento de Valencia y diputado provincial comunicó a una de las seis asesoras del grupo municipal, Neus Fábregas, y a una de sus dos asesoras en la Diputación Provincial, Mariana Ureña, su decisión de no mantenerlas en sus puestos a partir de este verano. El motivo, según las fuentes, era que el concejal prefería rodearse de personal de su entera confianza.

Esa decisión, sin embargo, no tuvo más recorrido. Primero Se elaboró una circular interna informando a más de 700 personas de la formación y el pasado 27 de julio el plenario no sólo impidió esos «despidos» sino que aprobó, con una amplia mayoría, una «censura política» al concejal.

Hay que tener en cuenta que los asesores del Ayuntamiento de Valencia y de la Diputación son elegidos por la formación y no por el grupo municipal, es decir, no son personas afines a los concejales con los que trabajan. De hecho, los seis asesores municipales y los dos de la Diputación fueron propuestos por una comisión y aprobados por la asamblea.

En el plenario, en consecuencia, se recordó que lo mismo que se aprueban los nombramientos, tienen que aprobarse los despidos. Los asesores, a efectos jerárquicos, tienen incluso el mismo rango que los concejales.

Ayer, Berto Jaramillo aseguró, sin embargo, que todo ha sido un «malentendido». El concejal admitió que propuso cambios de asesores porque «no estaba cómodo» con los actuales, concretamente con estas dos asesoras. «Yo estoy catorce horas con ellas y creía que era el momento de hacer un cambio interno», explicó. Pero nunca dijo de despedir o cesar a nadie, asegura. Es más, recuerda que en el caso del ayuntamiento no puede hacerlo, porque eso debe proponerlo el portavoz, Jordi Peris; y en el caso de la Diputación puede hacerlo, porque el portavoz es él, y no lo hizo.

Jaramillo lamentó que la cosa se haya magnificado pese a que él mismo trató de impedir la circular y dio sus explicaciones en el plenario. Sin éxito.

Ahora, el verano ha traído cierta calma a la formación, pero la previsión es que el grupo municipal rinda cuentas en septiembre y en ese marco se volverá a hablar del tema de las asesoras.