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España y Valencia en la encrucijada

España y Valencia en la encrucijada

La semana pasada asistí al debate de investidura en el que el presidente del Gobierno en funciones y del Partido Popular , Mariano Rajoy, presentó un nuevo proyecto político para España a través de numerosas medidas comprometidas primero con los españoles en las urnas y posteriormente con los votantes de Ciudadanos mediante el pacto firmado recientemente entre ambas formaciones políticas.

Este acuerdo contemplaba importantes propuestas en materia de empleo, autónomos, familia, conciliación o pensiones y contó con el sí de Unión del Pueblo Navarro, Foro Asturias y Coalición Canaria, quienes demostraron su confianza y responsabilidad. Sin embargo, el voto en contra de Unidos Podemos y sus confluencias, ERC, PDC, PNV, Compromís, EH Bildu y sobre todo del PSOE con 85 noes, dejaba ese miércoles y 48 horas después, el viernes, bloqueada la formación de un nuevo gobierno con las graves consecuencias que esto está empezando a conllevar para la economía y para la imagen de España fuera de nuestras fronteras.

Primero fue el Financial Times que ya advertía hace unos días que si el bloqueo político no es levantado pronto, el Parlamento no podrá aprobar un presupuesto para el próximo año y apuntaba que «sólo puede ser cuestión de tiempo que la incertidumbre política afecte a la evolución de la economía». Más tarde el New York Times señalaba el jueves pasado que es urgente salir adelante porque «ningún país puede mantenerse en el limbo político por mucho tiempo sin riesgos».

Esta situación de bloqueo político donde se niegan los puntos de acuerdo en los grandes temas por personalísimos y tácticas partidistas podrían tener graves consecuencias para nuestro país, nuestra región y consecuentemente para nuestra ciudad, porque es fundamental para las comunidades autónomas y para los ayuntamientos que conozcan qué objetivo de déficit tendrán que cumplir tanto este año como en sus propios presupuestos para 2017.

Por eso esta situación de parálisis puede afectar y tener consecuencias negativas también para Valencia porque el desarrollo de nuestra ciudad en los últimos años es el resultado de una labor constante meditada y conjunta. Vivimos en una ciudad atractiva y con muchísimas posibilidades que no se pueden perder ante esta situación de incertidumbre.

Los españoles y los valencianos queremos partidos que nos sean útiles y que nos valgan para tener una mejor sanidad, para defender a nuestros agricultores, a los autónomos, a las pymes; partidos que garanticen las pensiones de los mayores y la mejor educación para nuestros jóvenes y por supuesto una justa financiación para nuestra tierra y que un gobierno en funciones no puede modificar porque es ilegal. Además si seguimos con esta situación de bloqueo más tiempo, se tendrían que congelar las pensiones o el sueldo de los funcionarios entre otras decisiones que afectan en el día a día a tantas personas y a tantas familias . El no gobierno pasará una alta factura y tendremos que pagarla entre todos.

El Partido Popular ha defendido la misma postura desde diciembre del año pasado: la aritmética parlamentaria obliga a que los partidos que creen en la Constitución, la unidad del país y la soberanía del pueblo español se defiendan de las principales amenazas que tiene hoy España: su ruptura, su seguridad y el modelo de convivencia que más y mejor bienestar ha proporcionado a España y a los valencianos.

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