La cumbre de ayer en El Saler obligó a los miembros del Govern de la Nau a consensuar una postura común sobre el Impuesto sobre Bienes e Inmuebles (IBI) a los grandes comercios. El alcalde Joan Ribó ya advirtió antes de comenzar la reunión que era una de las cuestiones que se iban «a discutir», porque su opinión es que la tasa impositiva en Valencia está por debajo de lo que aplican otras grandes ciudades del Estado. Mientras, sus socios del PSPV abogan por revisar la subida del año pasado tras escuchar las demandas de muchos comercios afectados por la medida„y con negocios más modestos„.

Incluso Carlos Galiana, de Compromís, apoya la idea, de la que se beneficiarían unos 3.000 negocios cuyo valor catastral no supera los 500.000 euros, donde se fijaría el límite de la mayor carga.

Ribó adelantó dos novedades en materia fiscal. Por una parte un cambio en la ordenación del ICIO (Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras), que podría suponer «un descenso en las tasas de pequeña construcción de rehabilitación». Por otra, el alcalde anunció que va a plantear una tasa para las empresas de telefonía móvil «como ha puesto este año Madrid». La previsión de ingresos por esta nueva partida es de hasta 3 millones de euros anuales.