La Concejalía de Hacienda del Ayuntamiento de Valencia busca soluciones para rebajar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a los locales ligados a la Cultura y parece haber encontrado una fórmula que lo hace posible. Su máximo responsable, Ramón Vilar, ha tomado nota de lo ocurrido en Barcelona y se plantea crear unas subvenciones para compensar el IBI de librerías, galerías comerciales y teatros. Es más, quiere que esta medida se extienda también al comercio histórico, muy desprotegido y perjudicado en los últimos años.

Como medida general, el ayuntamiento estudia en estos momentos anular a 3.000 comercios la subida del Impuestos de Bienes Inmuebles aplicada el año pasado. Pero además, se propone dar un tratamiento especial a librerías, galerías comerciales y teatros, con cuyos responsables se reunió ya el año pasado.

El problema es que los teatros, por ejemplo, van en el mismo paquete que las discotecas en lo que a usos se refiere y el consistorio no se plantea beneficiar a estas últimas. Es decir, hay que separar una cosa de la otra y eso por ahora no es posible.

Hay que buscar, por tanto, soluciones alternativas y Ramón Vilar considera muy «interesante» la idea de Barcelona de crear una subvención para compensar el IBI de estos establecimientos. Dado que estas ayudas son discrecionales, se les pueden conceder a quien el ayuntamiento decida y en la cuantía que considere.

Con tiempo para hacerlo

Es más, este sistema no tendría que estar dentro de las ordenanzas fiscales y no estaría sujeto a la premura de los presupuestos municipales, lo que significa que se puede hacer en los próximos meses, antes de que finalice el año, y aplicarlo sobre el recibo del año que viene, que se pone al cobro durante los meses de marzo y abril.

Por el momento, Vilar desconoce la cantidad que se destinaría a esas subvenciones (en Barcelona ha sido medio millón de euros), el porcentaje del IBI a subvencionar, ni las exigencias del proceso, pero cree que no habría mayor problema en aplicarlo.

Vilar propone incluso que esta medida, pensada para los contenedores culturales, se aplique igualmente „dentro de esta línea de subvenciones o con una línea diferenciada„ al comercio histórico de la ciudad. Cree que sería una buena manera de ayudar a un sector que ha sufrido mucho en los últimos años y que se ha visto resentido numéricamente en el casco histórico de la ciudad y en los barrios.

De ponerse en marcha, podrían tenerse en cuenta, además de la antigüedad y la tradición, el uso del valenciano o la condición de negocio familiar, cuestiones que están por determinar.