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El Monestir de Sant Jeroni de Cotalba II

El Monestir de Sant Jeroni de Cotalba II

Desde un profundo respeto, pediría a los políticos que cambiaran de línea, que leyeran poesía y escaparan hacia el mundo de la cultura que parece no existir ni en sus idearios, ni en sus actitudes. Después de una tarde frente al televisor, he vuelto al Monasterio de Cotalba. Desde su fachada principal se intuye el histórico castillo de Palma. La vegetación del circo de la Safor, produce el extraño sentimiento de la naturaleza. Las épocas se suceden y van dejando huellas.

Observo los restos de un poblado morisco sobre el que se fundó el monasterio. La torre exenta de planta cuadrangular cubierta a dos aguas, es la construcción más antigua. Causa un nebuloso impacto que impone.

Me detengo ante un panel cerámico dedicado a San Jerónimo: una cueva, el león y el birrete cardenalicio. Aparecen también símbolos relacionados con la orden: un libro, un mapamundi y una escuadra. Los monasterios eran lugar de estudio. Todavía quedan restos de la biblioteca.

La sala capitular del siglo XIV está ubicada en el ala este. De estilo gótico, es desde el siglo XIX la actual capilla de la Virgen de la Salud. Hubo una epidemia mortífera, cada religioso escribió un nombre y salió por tres veces la virgen de la Salud de Onil y al liberarse del contagio le dedicaron la capilla. Adosado a sus muros se encuentra el sarcófago medieval en piedra tallada de los hijos del Duque Alfons el Vell: los Infantes Juan y Blanca de Aragón. La almazara, fue refectorio y contiene tinajas que se utilizaban para almacenar aceite. Allí se conserva la única obra que queda de Borrás: la grisalla al temple que representa la Cena, cuya belleza penetra en el ser.

El monasterio posee dos claustro; el gótico-mudéjar del siglo XIV y XV en el que se cuenta que predicó S. V. Ferrer, y otro en la planta superior; en cuya ala oeste del siglo XVI la duquesa de Gandía encargó la tipología renacentista. Impresiona la escalera de caracol de estilo gótico flamígero, construida en las postrimerías del siglo XV, realizada con fábrica de yesería en la que sobresale la decoración vegetal, destacando la azulejería de los peldaños de cerámica valenciana del S. XVI

En el jardín romántico entre variedades de árboles y plantas autóctonos, el estanque recibe agua a través de la cascada adosada al acueducto gótico-mudéjar.

Los Trenor convirtieron el refectorio en un elegante salón de ceremonias con una gran chimenea. Una escalera imperial lo une al Salón de Armas.

La diversidad estilística, de este monasterio, marca el devenir de los tiempos: la mezcla de corrientes artísticas sirvieron de eslabón entre las culturas cristianas y el islam; el bello gótico ojival con sus arcos y bóvedas invitan a la introspección; el arte renacentista: la razón en búsqueda del equilibrio; (¡ay! qué falta hace en estos momentos de irritante política el humanismo). El barroco aporta la fuerza y dinamismo de los efectos ópticos y el neoclasicismo produce una serena y elegante simetría. Este conjunto de variados estilos reposa alejado de la indignación de los ciudadanos.

Así como los padres de la Constitución se reunieron en Gredos, los dirigentes de los partidos actuales? ¿no deberían, quizá, reunirse en un lugar como este y reflexionar dando paso a otros políticos de más amplias y generosas miras?

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