Desde la directiva de la protectora Modepran destacan el papel de asociaciones dedicadas a «rescatar, cuidar y atender» animales. Además, se invita a reflexionar si, cuando los ayuntamientos renuevan convenios, es más conveniente una perrera, en la que «se sacrifica» al animal al pasar «20 días», o una protectora, en la que ofrecen «una muerte digna» únicamente si el animal «no se puede salvar». «Esta historia tan bonita no habría sido posible» en el primer caso, señala una responsable al hacer referencia a la historia de Mónica y McKenzie. En la protectora subrayan que hay muchos «animales excelentes» en espera de «una segunda oportunidad». Sin el voluntariado, afirman, esto sería «inviable». n.d. valencia