Mientras las fuerzas políticas mueven sus fichas en esta partida del IBI, las asociaciones de comerciantes tratan de recuperar la iniciativa. Rafael Torres, presidente de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico, anunció ayer un recorrido «puerta a puerta» por todos los comercios del centro para «ponerle cara y nombre» a los que están afectados por la subida de impuestos y «demostrarle a Ribó que no tiene razón cuando dice que todos son grandes comercios, bancos y superficies comerciales».

Torres, que mantiene una propuesta similar a la de los socialistas, asegura que el año pasado, cuando se produjo la subida, «nadie supo valorar el alcance de la medida», pero cuando se pasaron los recibos vieron que están afectados entre el 8 y el 10 por ciento de los comercios del centro, entre 200 y 300.

No saben, sin embargo, la identidad de los mismos, pues el IBI va a nombre de los propietarios del edificio y hay mucho alquiler, por lo que han decidido peinar la zona y conseguir esas identidades. Torres recordó, por ejemplo, el caso de las tiendas de muebles o de los concesionarios de coches, que necesitan mucha superficie y no son grandes negocios obligatoriamente.

Según sus datos, elevando el listón catastral hasta los 500.000 euros se salvarían de la subida 900 de los 1.400 locales afectados, y poniéndolo en 350.000 serían unos 300. De ahí que estén dispuestos a agotar todas las posibilidades, incluida la legal, y se dispongan a hablar con Compromís y València en Comú para tratar de revertir la situación. «Parece que les da miedo que se salve alguno de los grandes y por ello perjudican a los pequeños», dijo Torres, quien aseguró que el concejal de Comercio, Carlos Galiana, estaba con ellos y al final «cuando el alcalde dice no, todos se callan». «Da la sensación de que quiere parecerse a Rita Barberá», añadió.

Por su parte, la patronal del comercio Cecoval tiene previsto intervenir en la Comisión de Hacienda del lunes para pedir a los grupos su apoyo en este sentido.