El portavoz del Grupo Municipal Popular, Eusebio Monzó, lamentó ayer que «por segundo año consecutivo se suba la presión fiscal a los sectores dedicados a la actividad económica en Valencia». Esta vez, dijo, los más perjudicados han sido los hosteleros, que «dependiendo de dónde se ubique su establecimiento, pueden llegar a sufrir unos incrementos cercanos al 75%».

Monzó explicó que «este incremento perjudicará la viabilidad de muchos de estos negocios, llegando a repercutir de forma muy negativa en el desarrollo económico y social de nuestra ciudad y en la creación de empleo».

«Es lamentable que el sectarismo y los prejuicios del alcalde Joan Ribó le lleven a incrementar la presión fiscal a los comerciantes, a los dueños de cafeterías y bares, a los horneros y pasteleros o a los pequeños empresarios y emprendedores de la ciudad» señaló Monzó. El Portavoz Popular también lamentó que «el tripartito haya logrado en un tiempo récord que Valencia deje de ser una de las ciudades españolas con menor presión fiscal» y advirtió al tripartito del «peligro que supone para el buen funcionamiento de la economía en la ciudad imponer una excesiva carga fiscal».

«El PSPV lo permite»

Por su parte, el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner, dijo no entender que Ribó esté en contra del comercio y que el PSPV se lo permita. «Es inconcebible que la ideología de Ribó se imponga y nuestros comercios tengan que pagarlo», dijo.

Fernando Giner ha recordado que los partidos radicales (Compromis y Podemos) que quieren subir los impuestos al comercio son minoría en la ciudad. «Sólo un 33% de los valencianos apoyaron en las urnas a los partidos que quieren penalizar a los comercios. Ribó no puede dar la espalda a la mayoría de los valencianos que opinan distinto a él», aseguró el portavoz de Ciudadanos, según el cual, el único interés de los socios de gobierno es mantener su sillón.