El Ayuntamiento de Valencia pedirá al Ministerio de Fomento que incluya la creación del carril para vehículos de alta ocupación (BUS-VAO) en el proyecto de ampliación de la V-30, que pretende adaptar la saturada vía al tráfico actual con cuatro nuevos carriles y el cambio de todos los accesos a la ciudad.

El ayuntamiento quiere con la creación del VAO lograr dos objetivos. Por un lado rebajar la entrada de vehículos diarios en la ciudad, que actualmente es de 150.000 desde el área metropolitana, fomentando que los usuarios compartan el coche; y por otro que en este carril circulen en un futuro autobuses lanzadera que lleven a los polígonos, como el de Fuente del Jarro, a los vecinos de la ciudad, para evitar más desplazamientos individuales.

Los valencianos no están familiarizados con este tipo de carril, puesto que no existe ninguno en la ciudad y de hecho son más conocidos por los libros de la autoescuela que por haberlos usado. Básicamente restringe el uso de vehículos con un sólo ocupante y beneficia a los que vayan más ocupados. Las autoridades pueden señalizar un mínimo de ocupantes por vehículo, siempre con el objetivo de que vayan llenos y a cambio se ofrece en teoría un carril más ágil. Además, los autobuses pueden también circular por ellos dado que transportan a un alto número de ocupantes.

Según señaló a este diario el concejal de Mobilitat Sostenible, Giuseppe Grezzi, «si se va a ampliar la carretera para facilitar el uso del coche debemos darle a vuelta a la situación. Si ganamos carriles podemos tener un VAO». Eso sí, se mostraba prudente ante esta iniciativa de Fomento porque según criticó «veremos como se materializa esta inversión porque había otras muchas que no se han materializado».

Reducción de emisiones

«Todo el ayuntamiento por unanimidad acordó que debemos rebajar un 20% las emisiones en 2020 y eso supone una reducción de la presencia del coche privado en la ciudad. Así que todas las medidas han de ir en esa dirección», explicaba Grezzi. Pone como ejemplo la fotografía realizada hace un año en la plaza del ayuntamiento con la que se visibilizó que 60 personas llegadas con su propios turismos, una vez estacionados juntos sobre el asfalto ocupaban mucho más espacio que un único autobús en el que cabían todos los usuarios.

Además, señaló que por este carril podrían circular autobuses lanzadera entre diversos puntos de la ciudad que se desplazaran a los polígonos industriales de la zona metropolitana, con la consecuente reducción de emisiones, de cantidad de vehículos y de masificación del tráfico. «Quienes trabajan fuera de la ciudad y se trasladan en sus vehículos ya saben que cada mes tiene un elevado coste en su nómina dedicado al combustible. De esta forma se reduciría. No sólo hablamos de una cuestión de emisiones, también a nivel económico es más eficiente», sentenciaba el concejal de Mobilitat.

La reforma de la avenida del Cid

Cabe recordar que uno de los punto más importantes de esta reforma futura de la V-30 contempla dos alternativas para una remodelación de la avenida del Cid. La primera propuesta de Fomento aboga por crear una rotonda al nivel del terreno entre las calles Dos de Mayo y Marcelino Oreja, mientras que para los vehículos que entran y salen de la ciudad se haría un paso bajo la rotonda con dos pasos inferiores. La otra idea se basa en la creación de un paso inferior de dos carriles por debajo de la avenida del Cid que permita los movimientos desde Mislata hacia Valencia, así como desde Valencia al Barrio de la Luz.

Estas propuestas, según Grezzi, no chocan con los planes del ayuntamiento de pacificar la avenida mediante la retirada de las pasarelas peatonales y la creación de un largo carril bici que llegará hasta el centro del «cap i casal». De hecho opina que «es un añadido que podría hacer más fluido el tránsito».

«Queremos intervenir en el proceso y que la inversión vaya en función del modelo que queremos de la ciudad, con un uso más racional del coche», sentenció Grezzi.