La paralización de la revisión del PGOU de 1988 impulsada por el anterior gobierno del PP fue una de las primeras decisiones del Govern de la Nau. Un año y medio después de su llegada al ayuntamiento, la revisión simplificada del PGOU se retoma con una «nueva orientación política», sin reclasificaciones de huerta „aunque se mantendrán como urbanizables los sectores de la Punta y Benimamet„ y con una apuesta por la movilidad sostenible y la visión metropolitana.

Una de las acciones previstas y no exenta de complejidad que se enmarca dentro de la nueva política de movilidad y que deberá abordarse en paralelo con la Conselleria de Obras Públicas es la transformación de la autovía del Saler en un bulevar, con arbolado, carril-bici y plataforma para el transporte público. Una propuesta que afectará a los seis kilómetros de autovía que unen la ciudad con la pedanía del Saler y que en los meses de verano se colapsan con frecuencia por la cantidad de coches que la utilizan para ir a las playas y a las segundas residencias.

Sarriá recordó ayer que la CV-500, una carretera de 30 kilómetros que conecta Valencia y Sueca, fue construida en los años 60 para dar servicio a las urbanizaciones que iban a construirse en la Devesa dentro del plan desarrollista que arrasaba el bosque de la Devesa y que finalmente no se llevó a cabo y que ahora «no tiene sentido». Los seis primeros kilómetros son una autovía de cuatro carriles que conecta Valencia con el pueblo del Saler y a partir de aquí se convierte en una carretera de doble sentido. Se trata, explicó ayer el concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, durante la presentación de al moción que reactiva la revisión del PGOU que pasará el jueves por el pleno, de pacificar el tráfico en esta «autopista que va a ninguna parte».

Se trata de trasladar el embudo que se produce en la rotonda del Saler hasta la ciudad y conseguir una pacificación del tráfico hasta el parque natural del Saler.

Esta no es la primera propuesta para reducir el tráfico y por tanto de la contaminación que genera la llamada «autopista del Saler». En 2008 la Generalitat lanzó una propuesta para construir un tren eléctrico entre Valencia y Sueca, un tranvía litoral que llegó a incluirse en el Plan de Acción del Litoral, aún por aprobar. Este mismo verano la Conselleria de Obras Públicas anunció un plan de choque para pacificar el tráfico en la CV-500 y reducir la velocidad en el tramo que va del Saler al Palmar.

En la revisión del PGOU que impulsa el tripartito se eliminará la reserva de suelo para el túnel del acceso norte del puerto que atravesaba los barrios del marítimo. Además quedan en el aire otras seis grandes infraestructuras viarias. Son la nueva conexión de Castellar-Oliverar; la prolongación de la V-30 norte; la conexión de la ronda de Tavernes Blanques con la ronda norte, la ronda de poblados del sur por Faitanar; la variante de la carretera de Poble Nou y la mencionada prolongación de ronda norte por la huerta de Vera. La revisión elimina igualmente la prolongación de Blasco Ibáñez.

La revisión del PGOU impulsada por el PP en 2004 destinaba a uso residencial, industrial y de infraestructuras 700 hectáreas de huerta en Vera, Campanar, Tavernes Blanques, Alboraia, la Torre, Benimamet, La Punta, Faitanar y Mauella. En la revisión del PGOU sólo se mantendrán como urbanizables el sector de Benimamet, por estar condicionado a la obtención de plusvalías para pagar 35 millones de euros del soterramiento de las vías del parque lineal, así como el de la Punta por ser huerta irrecuperable, según explicó Sarrià.

El ayuntamiento negociará con las universidades valencianas sus necesidades de suelo para explorar la posibilidad de instalaciones universitarias en los barrios históricos de la ciudad, en algunos vacíos urbanos o en la adaptación urbanística de las infraestructuras universitarias existentes, para evitar el nuevo consumo de huerta