En su desesperado intento por justificar lo injustificable, la Secretaria General de los socialistas andaluces y Presidenta de la Junta, Susana Díaz, lleva toda la semana repitiendo, en un ejercicio de populismo al que tan acostumbrados nos tiene y como si de una mantra se tratara, que lo «primero es España y luego el PSOE». Es decir, que forzar la salida del Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, se hace por la gobernabilidad de España, lo que ha provocado el apoyo entusiasmado de los poderes económicos. Esto es, de aquellos que provocaron la crisis económica, y primero con Zapatero y después con Rajoy, socializaron las pérdidas y privatizaron los beneficios.
Si hace una semana, la configuración de un Gobierno estatal de mayoría parlamentaria que apartara democráticamente al PP del mismo, era harto complicado pero posible, ahora, se antoja como casi descartado. Es cuanto menos curioso, ver como algunos dirigentes supuestamente socialistas unen en su discurso, la estabilidad del país a la necesidad de un Gobierno de derecha ultraliberal. Esa misma derecha que observa lo que está ocurriendo, con la satisfacción de quien se sabe ganador antes de empezar el partido, ante un rival desmoralizado y dividido.
Y en medio, y sin que nadie cuente con ellos, el País Valenciano y su Cap i Casal, ninguneados desde siempre por el Gobierno central, de manera más acuciante cuando el PP ha estado a la cabeza del mismo.
Fruto del capricho de las circunstancias, horas antes de que estallara la crisis en el PSOE, nos enterábamos por boca del Secretario Autonómico de Infraestructuras, Josep Vicent Boira, que una obra imprescindible para el corredor mediterráneo como es el túnel pasante en València, no se encontraba incluida en el Informe de Inversiones necesarias que el Ministerio presentó ante la Comisión Europea para el desarrollo del transporte por ferrocarril. Un olvido más, que junto al problema de una infrafinanciación asfixiante de nuestra Comunidad, ejemplifica lo negativo que es para los valencianos/as que el PP siga llevando las riendas del país. Difícil papeleta, por tanto, el protestar contra las injusticias de un Gobierno al que le has facilitado su permanencia.
Porque lo cierto es que la crisis del PSOE, no tiene otro motivo que bloquear e impedir la configuración de un Gobierno alternativo al PP, con la excusa de no caer en manos de los partidos independentistas, omitiendo adrede que éstos nunca han puesto encima de la mesa el soberanismo como línea roja para apoyar un Gobierno progresista. Todo ello está sumiendo en el más absoluto desconcierto al electorado de izquierdas, que no comprende ni comparte que se tenga que entregar el Gobierno, a quien no sólo no ha ganado las elecciones, sino que además, y ésto es lo más grave, ha dejado un legado de paro masivo y pobreza para millones de personas, plagado de diversos casos de corrupción que le afectan directamente. Tal vez ha llegado el momento, de que alguien les recuerde aquello con lo que siempre nos hostigaban a IU, que ni por acción u omisión hay que permitir que gobierne la derecha.
